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Mostrando entradas de octubre, 2022

1975 Los tres días del cóndor: Un modesto funcionario (por Marcelo López Diez, 2022)

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1975 Los tres días del cóndor 1975 Los tres días del cóndor Un modesto funcionario I El aroma de los inciensos de sándalo me gusta más que cualquier otro aroma que pueda haber, tiene un carácter místico y eso es en lo que más me gusta creer porque no soy religioso, pero me satisface recordar todo lo que puede pasar después de encender una de este asombroso aroma espiritual. Percibo la imagen de un templo perfumado por miles de estas varitas. Y después de este, la selecta tranquilidad de un tiempo detenido, sin reglas fijadas por sociedades mecánicas ni atardeceres apagándose tras miles de gritos. Podría encenderlos durante horas, días, semanas y no aburrirme de ese aroma tan mágico, que como la lámpara de Aladino contiene deseos, preguntas y nociones de una arquitectura mental menguada por los años de ausencia de virtudes. La modestia es un asunto delicado cuando se trata de un lector de libros de oferta, pero cuando el lector se desayuna con Milton eso cambia y el proble

1974 McQ: El azúcar quema las neuronas (por Marcelo López Diez, 2022)

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1974 McQ El azúcar quema las neuronas De alguna manera el cine se vuelve un recurso de alumbramiento para rostros lejanos. Un reflejo del sol sobre un coche que está esperando ser encendido. Hace algunos años, por no decir décadas, visité un lugar aislado de mi país, no quería alumbrar mi inteligencia así que solo me dejé llevar por el soborno de mi juventud y, si me dejan decirles, adquirí por unas horas eso que llaman estupidez juvenil. Serían las siete treinta cuando a un amigo se le ocurrió viajar a una ciudad próxima sin dinero, teníamos marihuana y dos botellas de vino. Ya sé que no es frecuente que los jóvenes usen estas sustancias, pero qué años aquellos donde la serenidad parecía sumergida en vasos de plástico y hojillas fáciles de doblar. Solo teníamos que hacer dedo para llegar hasta allí, y eso nos propusimos. Nos bebimos las dos botellas de vino y fumamos un porro, dejamos el otro para cuando llegásemos. Nos levantó un camión de color oliva con los asientos curtidos,

Pedro Figari: Arte, estética e ideal. Prologo de Arturo Ardao (1912-1960)

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Arte, estética e ideal (1912) Pedro Figari Prólogo de Arturo Ardao . Montevideo, 1960. Pedro Figari: Arte, estética e ideal (1912) Prólogo Por el título de esta obra, y, sobre todo, por la celebridad que Figari alcanzo como pintor, se ha tendido a verla como un tratado o ensayo de estética. Esa misma celebridad de Figari artista ha llevado, por otra parte, a que la consideración de sus ideas estéticas, las raras veces en que se ha hecho, lo haya sido con expresa referencia a su creación pictórica. Sin perjuicio de la correlación que exista entre esta creación y las doctrinas de Figari, y por lo tanto de la legitimidad de tales enfoques, corresponde, sin embargo, un enjuiciamiento de su libro desde el ángulo estricto de la filosofía. La doble dificultad mental de separar al pintor del estético y al estético del filósofo, debe ser vencida de una buena vez para alcanzar la justa valoración del pensador que coexistió con el artista. La autonomía de lo filosófico pur