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Mostrando entradas de octubre, 2021

La sociología en el Leteo: el largo adiós de Georges Gurvitch

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La sociología en el Leteo: el largo adiós de Georges Gurvitch José María Pérez-Agote Aguirre Departamento de Sociología. Universidad Pública de Navarra El trabajo aquí presentado es la maduración de sendas comunicaciones presentadas en los congresos de la Asociación Vasca de Sociología y de la Federación Española de Sociología en el 2001. Aprovecho para agradecer la crítica constructiva de Noé Cornago, José Joaquín Rodríguez González, Celso Sánchez Capdequí, Josetxo Beriáin y, especialmente, de Ignacio Sánchez de la Yncera, sin cuya pericia en la corrección de textos esta lectura sería harto más ardua de lo que es. Publicado en Política y Sociedad, 2005, Vol. 42 Núm. 2: 149-162 149. RESUMEN Este artículo pretende llamar la atención sobre el interés actual de la sociología de Georges Gurvitch, tanto por su valor intrínseco como por la singular relevancia que adquiere en relación al problema de la síntesis micro-macro, uno de los temas que ha dominado la teoría sociológic

Eric Hobsbawm: La muerte de la vanguardia: las artes después de 1950 (Historia del Siglo XX)

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Capítulo XVII La muerte de la vanguardia: las artes después de 1950 Eric Hobsbawm El arte como inversión es un concepto poco anterior a los años cincuenta. G. REITLINGER, The Economics of Taste, vol. 2 (1982, p. 14) Los grandes productos domésticos de línea blanca, las cosas que mantienen a nuestra economía en funcionamiento —neveras, cocinas, todas las cosas que eran de porcelana y blancas— ahora están pintadas. Esto es nuevo. Van acompañadas de arte pop. Muy bonito. El mago Merlín saliendo de las paredes mientras abres la puerta de la nevera para tomar el zumo de naranja. STUDS TERKEL, Division Street: America (1967, p. 217) I Es práctica habitual entre los historiadores —incluyendo al que esto escribe— analizar el desarrollo de las artes, a pesar de lo profundamente arraigadas que están en la sociedad, como si fuesen separables de su contexto contemporáneo, como una rama o tipo de actividad humana sujeta a sus propias reglas y susceptible por ello de ser juzg

Los comienzos de la teoría sociológica (Para comprender la teoría sociológica, Cap. 1)

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Introducción Los usos y los placeres de la teoría sociológica Intorducción y Cap. 1 de Para comprender la teoría sociológica . Josetxo Beriain y José Luis Iturrate (editores). Toda teoría sociológica se muestra como una problematización comprensiva de estructuras y procesos sociales en la forma de un conjunto de discursos que tratan de arrojar luz sobre la realidad de unos mundos de la vida social. La sociología y sus diferentes formas de ver –desde SaintSimon hasta Jürgen Habermas, desde Herbert Spencer hasta Niklas Luhmann–, no trata de ofrecer respuestas a preguntas existenciales de ultimidad, como la religión, ni siquiera constituye un código semántico secularizado que realice funciones de sustitución o de reocupación del lugar y función de otros discursos sociales como la religión o la política o la moral, desplegándose como «religión civil» o como «filosofía pública». Los diferentes pliegues de la teoría sociológica constituyen, más bien, la historiografía de las interpreta

Peter Berger: Para comprender la teoría sociológica

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Peter L. Berger (n. 1929) Cap. 8.2 de Para comprender la teoría sociológica . Josetxo Beriain y José Luis Iturrate (editores). Peter L. Berger nace en Viena en 1929. Teólogo luterano en origen, emigra a Estados Unidos en 1946. Se gradúa en Filosofía en el Wagner College en 1949 y obtiene en 1950 el Master of Arts en Sociología, especialidad en la que se doctora en la New School for Social Research en 1954. Profesor en la Academia Evangélica de Bob Boll, en Alemania, en el Woman’s College de la Universidad de Carolina del Norte; profesor titular, en 1967, en la New School, donde enseña de 1963 a 1970, y director de la revista «Social Research». En 1970 es igualmente profesor titular de la Universidad de New Brunswick; Doctor honoris causa por la Universidad de Loyola y Doctor en Humanidades por el Wagner College en 1973. Posteriormente enseña en la Universidad de Rutgers y desde 1979 en la de Boston y en la alemana de Darmstadt. En 1981 obtiene la cátedra de sociología de la Univers

Howard Becker: Las representaciones de la sociedad como productos organizacionales (Para hablar de la sociedad la sociología no basta, cap. 2)

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Las representaciones de la sociedad como productos organizacionales Cap. 2 de Para hablar de la sociedad la sociología no basta [2007] de Howard Becker Las personas encargadas de recolectar e interpretar hechos acerca de la sociedad no comienzan de cero cada vez que elaboran un informe. Recurren a formas, métodos e ideas que algún grupo social, grande o pequeño, pone a su disposición como modos lícitos de realizar dicha tarea. Cualquier informe acerca de la sociedad (recordemos que “representación” e “informe” se refieren a la misma cosa) adquiere pleno sentido cuando se lo considera en el marco de un determinado contexto organizacional, como una actividad, un modo en que algunas personas dicen lo que creen saber a otras personas que quieren enterarse de ello, una actividad organizada que cobra forma en virtud de los esfuerzos conjuntos de todos los involucrados. Sería un penoso error concentrarse en nombres y no en verbos, en los objetos y no en las actividades, como si el obje

Howard Becker: Representar la sociedad (Para hablar de la sociedad la sociología no basta, cap. 1)

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Representar la sociedad Cap. 1 de Para hablar de la sociedad la sociología no basta [2007] de Howard Becker Hace muchos años que vivo en San Francisco, en los bajos de Russian Hill o en los altos de North Beach (según el interlocutor al que intente impresionar con la descripción). Mi casa está próxima al barrio Fisherman’s Wharf, sobre el camino que muchas personas transitan para regresar de esta atracción turística a sus hospedajes en el centro o en los alineados sobre la calle Lombard. A través de mi ventana, suelo ver a pequeños grupos de paseantes detenidos, cuya mirada oscila entre sus mapas y las grandes colinas que se erigen frente a ellos, entre el lugar en el que están y aquel al que desearían llegar. Lo que ha ocurrido es bastante claro. En el mapa, la línea recta parece invitar a una agradable caminata por un barrio residencial, que permitiría al turista ver cómo viven los locales. Una vez allí, lo que piensan, tal como me comentó una vez un joven británico al que le of

Howard Becker: Para hablar de la sociedad la sociología no basta (Prefacio)

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Para hablar de la sociedad la sociología no basta Prefacio Howard Becker Este nunca fue un proyecto de investigación convencional. Las ideas nacieron de mis lecturas (por lo general, azarosas y aleatorias), mis años de docencia y el mero hecho de que sea yo una persona con intereses un tanto eclécticos. Desde siempre, he sido un asiduo espectador de cine y teatro y un incansable lector de ficción. Y siempre consideré que estos medios me permitían aprender cosas interesantes acerca de la sociedad basándome en una regla que supe formular en mis primeros años de vida: “Si es divertido, seguro vale la pena”. Por tanto, antes de embarcarme en esta empresa, contaba de antemano con una buena cantidad de ejemplos a mi disposición. Había visto la obra de Shaw Mrs. Warren’s Profession (La profesión de la señora Warren) y apreciado el modo en que disecciona el “problema social” de la prostitución, por ende ya la tenía en mente cuando comencé a buscar ejemplos de aquello que me proponía in

Mijaíl Bakunin: Bakunin contra Dios y contra el Estado. Una lucha incesante (Prólogo)

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Prólogo: Bakunin contra Dios y contra el Estado. Una lucha incesante, por Jordi Maíz Bakunin contra Dios y contra el Estado. Una lucha incesante La forja del yunque «Bakunin fue el pensador político más importante del siglo XX...», escribía el norteamericano Walter Mosley en su novela Walking the line1, a lo que añadía «... y ni tan siquiera vivía por aquel entonces». Efectivamente, el autor de Dios y el Estado nació en 1814, en la provincia rusa de Tver, en el seno de una familia aristocrática. Su padre había estudiado en la Universidad de Padua y –durante un tiempo– trabajó al servicio de la embajada del zar Alejandro I. Allí flirteó con las ideas revolucionarias del momento, leyó –entre otros– a Rousseau y a Voltaire, y recibió fuertes influjos políticos en un momento tan convulso. Al volver a Rusia, la familia de Bakunin se dedicó a la administración de sus propiedades y a la educación de sus numerosos hijos; Mijaíl Bakunin, en esta situación, recibió una educación llena de

Susan Sontag: Estilo espiritual en las películas de Robert Bresson (Contra la interpretación, 1969)

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Estilo espiritual en las películas de Robert Bresson 1 Cierto arte apunta directamente a despertar sentimientos, otro arte apela a los sentimientos por la vía de la inteligencia. Hay arte que implica, que suscita empatía. Hay arte que separa, que provoca reflexión. El gran arte reflexivo no es frío. Puede exaltar al espectador, presentarle imágenes que le impresionen, hacerle llorar. Pero su poder emocional está mediatizado. El impulso hacia la implicación emocional se ve contrarrestado por elementos de la obra que crean distancia, desinterés, imparcialidad. La implicación emocional es siempre, en mayor o menor grado, pospuesta. El contraste puede ser explicado en términos de técnicas o de medios; y aun de ideas. Sin duda, no obstante, la sensibilidad del artista es, en último término, decisiva. Cuando Brecht habla del «efecto de extrañamiento», aboga por un arte reflexivo, distanciado. Los objetos didácticos que Brecht pretendió para su teatro son en realidad un vehículo para

Jon Savage: Teenage. La invención de la juventud 1875-1945 (Prólogo)

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Teenage La invención de la juventud 1875-1945 Jon Savage Prólogo de Servando Rocha PRÓLOGO Jóvenes bárbaros de hoy Jóvenes bárbaros de hoy: entrad a saco en la civilización decadente y miserable de este país sin ventura. Alejandro Lerroux, ¡Rebeldes! ¡Rebeldes!, 1906. Brooklyn parecía un territorio de guerra. El paseante debía prestar mucha atención. Las pintadas eran advertencias, códigos de ese otro mapa de la ciudad cuyas fronteras, sin embargo, estaban perfectamente delimitadas. Había que memorizarlas y, sobre todo, respetarlas. El peligro llegaba al entrar en la zona de influencia de los despiadados Cobras, que solían enfrentarse a Scorpions, Jaguars, Demons o Daggers, entre otras decenas de bandas juveniles, todas ellas expertas en la lucha cuerpo a cuerpo, el navajazo y las siempre temidas cadenas. Rovers y Stompers, dos bandas fuertes y cohesionadas, solían ayudar a los Cobras cuando las cosas se ponían feas. El periodista Harrison E. Salisbury, en un ensa

George Orwell: La libertad de prensa (Prólogo de Rebelión en la granja, 1945)

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La libertad de prensa George Orwell Prólogo a Rebelión en la granja (1945). Este libro (Rebelión en la granja) fue pensado hace bastante tiempo. Su idea central data de 1937, pero su redacción no quedó terminada hasta finales de 1943. En la época en que se escribió, era obvio que encontraría grandes dificultades para editarse (a pesar de que la escasez de libros existentes garantizaba que cualquier volumen impreso se vendería) y, efectivamente, el libro fue rechazado por cuatro editores. Tan sólo uno de ellos lo hizo por motivos ideológicos; otros dos habían publicado libros antirrusos durante años y el cuarto carecía de ideas políticas definidas. Uno de ellos estaba decidido a lanzarlo pero, después de un primer momento de acuerdo, prefirió consultar con el Ministerio de Información que, al parecer, le había avisado y hasta advertido severamente sobre su publicación. He aquí un extracto de una carta del editor, en relación con la consulta hecha: «Me refiero a la reacción que