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Friedrich Nietzsche: Ecce Homo (1888)

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Friedrich Nietzsche, 1888. — Podríamos decir el libro final de Nietzsche. Ayer lo leí porque seguramente era de los pocos que no tenía en papel de él. Nietzsche sería el más libre de todos los pensadores, adorarlo sería odiarlo, porque cuando te liberas de él, escribe, de su categoría de maestro, es cuando más dentro de ti estará. No sería anti-nietzschano desprenderte de él, porque él mismo se encargó de escribir una filosofía que contenía el fruto que al madurar, era tu desprendimiento. Friedrich Nietzsche: Ecce Homo (1888) — Friedrich Nietzsche: Ecce Homo (1888) Friedrich Nietzsche: Del leer y el escribir (Así habló Zaratustra, 1883) Ferdinand Tonnies: El culto a Nietzsche. Una crítica (1897)

Friedrich Nietzsche: Del leer y el escribir (Así habló Zaratustra, 1883)

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Del leer y el escribir Friedrich Nietzche Así habló Zaratustra Friedrich Nietzsche: Así habló Zaratustra, 1883 De todo lo escrito yo amo sólo aquello que alguien escribe con su sangre. Escribe tú con sangre: y te darás cuenta de que la sangre es espíritu. No es cosa fácil el comprender la sangre ajena: yo odio a los ociosos que leen. Quien conoce al lector no hace ya nada por el lector. Un siglo de lectores todavía, y hasta el espíritu olerá mal. El que a todo el mundo le sea lícito aprender a leer corrompe a la larga no sólo el escribir, sino también el pensar. En otro tiempo el espíritu era Dios,{60} luego se convirtió en hombre, y ahora se convierte incluso en plebe. Quien escribe con sangre y en forma de sentencias, ése no quiere ser leído, sino aprendido de memoria. En las montañas el camino más corto es el que va de cumbre a cumbre: mas para ello tienes que tener piernas largas. Cumbres deben ser las sentencias: y aquellos a quienes se habla, hombres altos

Ferdinand Tonnies: El culto a Nietzsche. Una crítica (1897)

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El culto a Nietzsche. Una crítica Ferdinand Tonnies Der Nietzsche-Kultus. Eine Kritik (1897), Berlín, Akademie, 1990. Hemos realizado, para la ocasión, una selección «política» de este texto (N. del X). Ferdinand Tonnies: Comunidad y sociedad (1887) 1 Un escritor de filosofía que sea leído por mucha gente ya es de por sí algo extraño. Pero, ni qué decir, si además se le lee con entusiasmo, si sus lectores se reconocen como jóvenes, si sus ideas se reciben y se propagan como liberación y revelación, si uno cree haber ganado, a través de un pensador, un guía para el camino de la vida. Algo así es tan extraordinario que nos remite a unas palabras de Emerson citadas por Nietzsche en uno de sus primeros libros: «¡Poneos en guardia si Dios manda un pensador a nuestro planeta! Es como cuando estalla un incendio en una ciudad sin que nadie sepa qué está a salvo y hasta dónde pueden llegar las llamas. Nada en el mundo de la ciencia estaría a salvo de experimentar un giro de la noc