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Mostrando las entradas etiquetadas como ARTE Y SOCIEDAD

Los discursos de Settembrini y Naphta: El carácter del credo ilustrado en la montaña mágica de Thomas Mann

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Los discursos de Settembrini y Naphta. El carácter del credo ilustrado en la Montaña mágica de Thomas Mann La montaña mágica y la crisis de Europa antes de la Primera Guerra Mundial Thomas Mann: La montaña mágica La montaña mágica, como toda gran novela, versa sobre muchas cosas. Uno de ellas es una exploración de la crisis de la cultura europea antes de la Primera Guerra Mundial (el Doctor Faustus es lo mismo pero sobre la cultura alemana y el nazismo). Nunca se destacará lo suficiente el quiebre que generó la Primera Guerra Mundial en la conciencia europea. En las primeras líneas, en las Intenciones del autor, ya nos dice (recordemos que la novela se publica en 1924): Esta historia se remonta a un tiempo muy lejano, por así decirlo, ya está completamente cubierta de una preciosa pátina, y, por lo tanto, es necesario contarla bajo la forma del pasado más remoto. Una de las formas en que se realiza esa exploración es a través de personajes que encarnan ideologías y aproximaci

1990 State of Grace: Mi amigo de las calles (por Marcelo López Diez, 2022)

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1990 State of Grace 1990 State of Grace Mi amigo de las calles I He descubierto sobre la mesa de la cocina un abrelatas casi tan absurdo como mi vida, solo que mi vida es amarilla como las imaginarias páginas de los libros de poesía, pero sin palabras poéticas y lo que sale de mi pene es de un rojo parecido al color de los márgenes de cuadernos manchados por el tiempo. Todo esto son estridencias de las que mi amigo de las calles me había hablado con balbuceos y cabezazos al aire. II La primera vez que me enamoré tenía algo así como seis años, era mi tía, poseía un rostro de papel y un cuerpo de roble mezclado con tela de hierro. Al poco tiempo, intuí que el cuerpo de mi prima era más viscoso que el río en donde solía desnudarme para nadar como hacen las víboras antes de colapsar. Hay un verano que quise borrar de mi memoria, pero por algo permaneció allí, fue el último verano o quizás el penúltimo, a estas alturas se me dificulta saber el día y el año. Había llevado c

1975 Los tres días del cóndor: Un modesto funcionario (por Marcelo López Diez, 2022)

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1975 Los tres días del cóndor 1975 Los tres días del cóndor Un modesto funcionario I El aroma de los inciensos de sándalo me gusta más que cualquier otro aroma que pueda haber, tiene un carácter místico y eso es en lo que más me gusta creer porque no soy religioso, pero me satisface recordar todo lo que puede pasar después de encender una de este asombroso aroma espiritual. Percibo la imagen de un templo perfumado por miles de estas varitas. Y después de este, la selecta tranquilidad de un tiempo detenido, sin reglas fijadas por sociedades mecánicas ni atardeceres apagándose tras miles de gritos. Podría encenderlos durante horas, días, semanas y no aburrirme de ese aroma tan mágico, que como la lámpara de Aladino contiene deseos, preguntas y nociones de una arquitectura mental menguada por los años de ausencia de virtudes. La modestia es un asunto delicado cuando se trata de un lector de libros de oferta, pero cuando el lector se desayuna con Milton eso cambia y el proble

1974 McQ: El azúcar quema las neuronas (por Marcelo López Diez, 2022)

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1974 McQ El azúcar quema las neuronas De alguna manera el cine se vuelve un recurso de alumbramiento para rostros lejanos. Un reflejo del sol sobre un coche que está esperando ser encendido. Hace algunos años, por no decir décadas, visité un lugar aislado de mi país, no quería alumbrar mi inteligencia así que solo me dejé llevar por el soborno de mi juventud y, si me dejan decirles, adquirí por unas horas eso que llaman estupidez juvenil. Serían las siete treinta cuando a un amigo se le ocurrió viajar a una ciudad próxima sin dinero, teníamos marihuana y dos botellas de vino. Ya sé que no es frecuente que los jóvenes usen estas sustancias, pero qué años aquellos donde la serenidad parecía sumergida en vasos de plástico y hojillas fáciles de doblar. Solo teníamos que hacer dedo para llegar hasta allí, y eso nos propusimos. Nos bebimos las dos botellas de vino y fumamos un porro, dejamos el otro para cuando llegásemos. Nos levantó un camión de color oliva con los asientos curtidos,

Pedro Figari: Educación, arte, industria (2016)

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Pedro Figari: Educación, arte, industria Agustín Paullier (1) Fotógrafo y periodista. En 1921 se instala en Buenos Aires tras abandonar Montevideo, decepcionado, frustrado. Decide comenzar a pintar. Tenía 60 años. Pintó hasta su muerte. Es por sus óleos y cartones que lo conocemos. Antes, dedicó buena parte de su vida a reformar la enseñanza en Uruguay. Su obra y su práctica pedagógica fueron vanguardistas para su tiempo y lugar. Aún hoy mantienen una sorprendente vigencia. Pedro Figari: Educación, arte, industria (2016) En 1900 Uruguay se encontraba en plena transformación, era un país nuevo que había transcurrido gran parte de su vida institucional desangrándose en luchas internas. En los años previos al cambio de siglo, comienza a florecer una sociedad moderna, osada, urbana y secular. Figari fue abogado, político, académico, educador y artista. Ya en 1900 elabora la primera iniciativa de su doctrina educacional. Presenta al Parlamento un informe para la crea

Robert Nisbet: La sociología como una forma de arte seguido de introducción a la obra

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La sociología como forma de arte , tomado del libro La formación del pensamiento sociológico , seguido de la Introducción al libro La sociología como forma de arte (1962) de Robert Nisbet. La sociología como una forma de arte Fuente: Nisbet, Robert. La formación del pensamiento sociológico. Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 1976. Conviene insistir en dos puntos: primero, la base moral de la sociología moderna; y segundo, el marco intuitivo o artístico en que se han alcanzado las ideas centrales de la sociología. Las grandes ideas de las ciencias sociales tienen invariablemente sus raíces en aspiraciones morales, por abstractas que las ideas sean a veces, por neutrales que parezcan a los teóricos e investigadores, nunca se despojan, en realidad, de sus orígenes morales. Esto es particularmente cierto con relación a las ideas de que nos ocupamos en este libro. Ellas no surgieron del razonamiento simple y carente de compromisos morales de la ciencia pura. No es desmerecer la g