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Mostrando las entradas etiquetadas como HISTORIA DE LA SOCIOLOGIA

Shmuel N. Eisenstadt: La tradición sociológica (1978)

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La tradición sociológica Shmuel N. Eisenstadt I. INTRODUCCIÓN: LAS TRADICIONES Y SUS ORÍGENES Las tradiciones culturales no son ni conglomerados de artefactos folklóricos ni cuerpos de conocimientos y creencias plenamente codificados, por más que unos y otros puedan contar entre sus elementos. Cualquiera que sea su composición, Edward Shils (1) ha mostrado recientemente que constituyen un aspecto crucial, si bien aparentemente intangible, de toda entidad o empeño intelectual y cultural continuados. Las tradiciones delinean algunos de los más cruciales y abarcantes aspectos de tales entidades o empeños —sobre todo, la extensión de sus contenidos, sus fronteras, las formas de su autoidentidad, así como los tipos básicos de orientaciones intelectuales y modos de acción y creatividad que se desarrollan en su seno—. La representación de sus orígenes ha sido un elemento esencial en las Grandes y en las Pequeñas Tradiciones (2), especialmente en las sociedades y civilizaciones tradici

Emilio Lamo de Espinosa: La sociología del siglo XX

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La sociología del siglo XX Emilio Lamo de Espinosa Universidad Complutense de Madrid Emilio Lamo de Espinosa: La sociología del siglo XX Resumen El siglo XX confirma la definitiva institucionalización (académica y científica) de la sociología como un conocimiento público legitimado, algo que no habían conseguido ni los pioneros del siglo XVIII ni los grandes creadores del XIX (de Comte a Spencer, pasando por Tocqueville o Marx). Partiendo de los datos recopilados por la ISA en su Congreso de Montreal, este trabajo pretende responder a la pregunta por los textos más importantes de la sociología del siglo pasado, aprovechando para hacer una periodificación del desarrollo del pensamiento sociológico en el marco de una sociología de la sociología. Se repasan así a los grandes institucionalizadores de comienzos del XX, a los compiladores que, entre 1920 y 1968, van a conformar dos grandes escuelas (funcionalista y marxista) antagónicas en mucho pero convergentes en creencias funda

Macionis y Plummer: Los tres clásicos de la sociología (Marx, Durkheim y Weber)

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Los tres clásicos de la sociología (Marx, Durkheim y Weber) Macionis, John J. y Plummer, Ken Extracto del Capítulo 4: Sociedad (Los cimientos de la sociedad: de macro a micro) de Sociología. Macionis y Plummer: Los tres clásicos de la sociología (Marx, Durkheim y Weber) Karl Marx: capitalismo y conflicto La primera de nuestras visiones clásicas de la sociedad nos viene de Karl Marx (1818-1883), que presentamos en la sección Perfil. Pocos observaron la transformación industrial de Europa tan intensamente como él. Marx pasó la mayor parte de su vida en Londres, entonces la capital del vasto Imperio Británico. Se quedó impresionado con la capacidad de producción de las nuevas fábricas; no solo las sociedades europeas estaban produciendo más bienes que nunca, sino que un sistema de comercio global estaba canalizando recursos de todo el planeta hacia las fábricas británicas a un ritmo vertiginoso. Marx se dio cuenta de que las riquezas de la industria se estaban concentrando d

Tom Bottomore y Robert Nisbet: Estructuralismo (Historia del análisis sociológico, 1978)

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Estructuralismo Tom Bottomore y Robert Nisbet Cap. 14 de Historia del análisis sociológico. Nisbet, Robert; Bottomore, Tom (comp.). Amorrortu, Buenos Aires, 1988 [1978] Tom Bottomore y Robert Nisbet: Historia del análisis sociológico, 1978 La investigación estructural en las ciencias sociales y campos afines, según hoy la conocemos, tiene raíces profundas en la historia del pensamiento occidental. Descubrir las estructuras constitutivas, fundamentales, en que se reparten los datos sensoriales de la observación y la experiencia: he ahí el objetivo cardinal de los pensadores de la Grecia antigua, para no remontamos más en el tiempo1. La raíz griega de nuestra palabra «idea» denota pauta, configuración o estructura. Cuando mencionamos la doctrina platónica de las Ideas, mejor haríamos en decir Formas, porque esto eran precisamente. Si bien es cierto que se trataba de unas entidades ideales, hasta celestiales, en la filosofía de Platón, no lo es menos, según lo ha señalado Cornfo

Ferdinand Tonnies: El culto a Nietzsche. Una crítica (1897)

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El culto a Nietzsche. Una crítica Ferdinand Tonnies Der Nietzsche-Kultus. Eine Kritik (1897), Berlín, Akademie, 1990. Hemos realizado, para la ocasión, una selección «política» de este texto (N. del X). Ferdinand Tonnies: Comunidad y sociedad (1887) 1 Un escritor de filosofía que sea leído por mucha gente ya es de por sí algo extraño. Pero, ni qué decir, si además se le lee con entusiasmo, si sus lectores se reconocen como jóvenes, si sus ideas se reciben y se propagan como liberación y revelación, si uno cree haber ganado, a través de un pensador, un guía para el camino de la vida. Algo así es tan extraordinario que nos remite a unas palabras de Emerson citadas por Nietzsche en uno de sus primeros libros: «¡Poneos en guardia si Dios manda un pensador a nuestro planeta! Es como cuando estalla un incendio en una ciudad sin que nadie sepa qué está a salvo y hasta dónde pueden llegar las llamas. Nada en el mundo de la ciencia estaría a salvo de experimentar un giro de la noc

Ángel Rama: La generación crítica 1939–1969 (1972)

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La generación crítica 1939–1969 RAMA, Ángel. La generación crítica 1939 – 1969 . Editorial Arca, Montevideo, 1972. Páginas 18-26; 56-61; 102-103. La generación crítica Una época cultural Por lo tanto nos proponemos el análisis de una época cultural, cuyos límites coinciden nítidamente con los últimos treinta años del país y cuyas proposiciones iniciales así como sus desarrollos posteriores habrían de conducir, por "el encadenamiento de las circunstancias", a la situación presente. Si aquí, en el hoy, se nos evidencia la coronación del intento, también se nos hace clara su cancelación. Resulta negada la metodología empleada aunque en la misma operación adversativa son salvados los lineamientos intelectuales. De cualquier modo se abre una nueva época cultural cuya formulación intelectual es aún imprecisa pero que seguramente corroborará el suceso que en el campo sociopolítico apuntó, en 1969, a una modificación sustancial: el asalto a la ciudad de Pando. Nuestro aná

Leonard Hobhouse por G. Duncan Mitchell (Historia de la sociología, 1968)

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Leonard Trelawney Hobhouse (1864-1929) G. Duncan Mitchell La mayoría de los sociólogos de la tradición evolucionista tenían puntos de vista enciclopédicos sobre la sociología. Pero de nadie resulta esto más verdadero que de Leonard Trelawney Hobhouse. Su idea de la evolución social era la de que suponía la liberación de la personalidad humana; sostenía que por medio de la vida corporativa, por medio del crecimiento de la organización social y del desarrollo de las instituciones sociales se ponían de manifiesto las facultades que están latentes en la personalidad humana. Para Hobhouse, todas las estructuras sociales en desarrollo son instrumentales para el crecimiento y la expansión de la mente humana. En algunos aspectos este sociólogo fue un Comte moderno de mentalidad liberal, porque también él correlacionó las etapas del pensamiento humano con etapas del desarrollo social. Para él había cuatro etapas en el desarrollo intelectual: una etapa primera, en la cual el pensamiento ar

Edward A. Westermarck por G. Duncan Mitchell (Historia de la sociología, 1968)

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Edward A. Westermarck (1862-1939) G. Duncan Mitchell Edward Westermarck fue un estudioso sueco-finlandés que pasaba parte del año enseñando filosofía en la Academia de Abú, en Helsinki, y el resto del tiempo sociología en la Universidad de Londres. Además, encontró tiempo para realizar unas cuantas visitas al norte de Africa, a fin de llevar a cabo ciertos estudios sobre los habitantes de Marruecos. Su principal propósito fue descubrir algo en torno a los orígenes de las nociones morales, y consideró como su magnum opus su extensa obra en dos tomos titulada The Origin and Development of the Moral Ideas, publicada en 1906. Actualmente, y aunque sea de lamentar, Westermarck es menos conocido por este libro que por sus obras anteriores, debido a que sus estudios sobre la institución del matrimonio fueron minuciosos y polémicos. Comenzaban con su libro The Origin of Human Marriage (1889) y con The History of Human Marriage (1891), cuya quinta edición apareció en 1921, para continuar, e

William Graham Sumner por G. Duncan Mitchell (Historia de la sociología, 1968)

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William Graham Sumner (1840-1910) G. Duncan Mitchell William Graham Sumner: Folkways (1906) Después de haberse educado en América, Suiza, Alemania e Inglaterra, Sumner, que era ministro presbiteriano, llegó a ser profesor de ciencia política y social en la Universidad de Yale. Fue un escritor algo descuidado e impreciso, que aunque manejaba un amplio material empírico, tenía poca habilidad para formular teorías coherentes; por el contrario, ordenaba sus datos en categorías difusas. Aunque estaba manifiestamente influido por Spencer, ignoraba la obra de muchos de sus contemporáneos. Su posición evolucionista resultaba extremosa, tosca, dogmática y acrítica, a pesar de lo cual merece ser mencionado. Algunos de sus contemporáneos dieron una buena acogida a su darwinismo social, pero hoy en día su importancia reside en su contribución al vocabulario sociológico y en su intento de análisis sociológico. Tuvo la fortuna de contar con un fiel discípulo y sucesor en A. G. Keller, qu

Edward Burnett Tylor por G. Duncan Mitchell (Historia de la sociología, 1968)

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Sir Edward Burnett Tylor (1832-1917) G. Duncan Mitchell Al empezar a analizar el pensamiento de E. B. Tylor estamos, de hecho, volviendo sobre nuestros pasos, porque su obra principal, titulada Primitive Culture, se publicó en 1871. El subtítulo de este estudio indica su contenido, puesto que se trata de sus «investigaciones sobre el desarrollo de la mitología, la filosofía, la religión, el lenguaje, el arte y la costumbre». En muchos sentidos era una continuación de su obra anterior: Researches into the Early History of Mankind and the Development of Civilisation (1865). «La cultura o civilización, tomada en su amplio sentido etnográfico, es ese conjunto complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, leyes, costumbres y cualesquiera otras aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad». Según su razonamiento, la uniformidad de la civilización puede ser imputada, en gran medida, a la «acción uniforme de causas uniformes». También afirma

Alfredo Errandonea: Historia institucional de la Sociología en Uruguay (2003)

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Historia institucional de la Sociología Alfredo Errandonea El siguiente trabajo de Alfredo Errandonea está inconcluso. Trata de la Historia Institucional de la Sociología en el Uruguay y es el resultado de una inmensa investigación bibliográfica sobre la producción sociológica que coordinaba en el Departamento de Sociología. Desafortunadamente falleció antes de haber culminado la investigación dejando estas conclusiones sin terminar. De todas formas, por lo avanzado del trabajo y por la riqueza de la información que subyace a éstas conclusiones, nos parece importante darle a luz. Marcos Supervielle. Capítulo I. Introducción 1. El comienzo de la historia acumulativa de la Sociología nacional Con muy contadas, aisladas y bien conocidas excepciones anteriores, el proceso de construcción acumulativo del conocimiento sociológico sobre la sociedad uruguaya, con una perspectiva científica, se inició académicamente en el país exactamente cuando promediaba el presente siglo. Al

Arnold Toynbee según Sprott (Introducción a la sociología, 1949)

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Arnold Toynbee según Sprott. Sprott, W. J. H. Introducción a la sociología. FCE, México, 1964 [1949]. pp. 228, 231. Cap. IX El cambio social Más complicada, y más formidable, es la teoría de Toynbee. En su enorme Study of History distingue veintiún civilizaciones, seis de las cuales —la egipcia, la andina, la china, la minoica, la sumeria y la maya— salieron de la vida primitiva para contestar al reto de su medio natural, reto que no era demasiado fácil ni demasiado intimidante. Otras civilizaciones "abortivas" fueron vencidas por la excesiva severidad de las circunstancias, físicas O sociales, con que tuvieron que luchar. Pero las seis citadas se mantuvieron firmes. Las dos primeras no tuvieron relación con ninguna civilización siguiente, pero la china está emparentada con la del Lejano Oriente, de la cual brotó una rama japonesa. La minoica está emparentada con la helénica y la siria. Afiliadas a la helénica están la occidental y la cristiana ortodoxa. Esta última e

Nicholas Timasheff: Danilevsky, una primera alternativa respecto del evolucionismo

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Danilevsky: Una primera alternativa respecto del evolucionismo Nicholas Timasheff Extracto de Timasheff, Nicholas. La teoría sociológica. Su naturaleza y desarrollo. FCE, México, 1994. Nicholas Danilevsky: Rusia y Europa (1869) Nicholas Danilevsky (1822-1885) fue un naturalista ruso profundamente interesado en los asuntos políticos. En 1869 publicó, en entregas que iban apareciendo en una revista mensual rusa, una obra titulada Rusia y Europa, en la que se propuso contestar a esta pregunta: ¿Por que Europa odia a Rusia? En el curso de su estudio sobre el tema, formuló una teoría del desarrollo de las sociedades humanas que discrepaba de la teoría evolucionista. En realidad, la teoría del desarrollo de las sociedades sustentada por Danilevsky suministró una especie de modelo que en años subsiguientes se convirtió en un sustituto del evolucionismo. Danilevsky partió de la observación de que es anticietitífico considerar la historia como un desarrollo incesante de la experiencia

Irving Zeitlin: De la filosofía social a la teoría social (Ideología y teoría sociológica, 1970)

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De la filosofía social a la teoría social Irving Zeitlin Cap. 9 de Zeitlin, Irving M. Ideología y teoría sociológica. Amorrortu Editores, España, 2001. Irving Zeitlin: Ideología y teoría sociológica (1970) Marx elaboró su propia teoría de la relación entre la existencia social y la conciencia social —la llamada concepción materialista - de la historia—, en oposición directa a la concepción idealista que sustentaba Hegel de dicha relación. Durante toda su vida, Marx — reconoció su deuda intelectual con ese «gran pensador», al coquetear constantemente con el modo hegeliano de expresión. Sin embargo, creía que el pensamiento dialéctico había sufrido una mistificación en manos de Hegel. «El lo apoya sobre la cabeza. Es necesario darlo vuelta para descubrir el núcleo racional dentro de la envoltura mística.» ¿Cuál era este núcleo racional? «En su forma racional —escribía Marx— [la dialéctica] es un escándalo y una abominación para la burguesía y sus maestros doctrinarios, porque en