Porqué y para qué enseñar sociología por Leonardo Pittamiglio (2020)

La historia de la sociología ofrece un amplio abanico de enfoques para interpretar la realidad que se encuentran en continua transformación y adaptación con el desarrollo de nuevas tecnologías y nuevas prácticas sociales. La complejidad del mundo social nos atraviesa a todos y por momentos el individuo se encuentra o perdido en el espacio de las relaciones o constreñido por las realidades que se le imponen. Sin un marco reflexivo que indague en esta realidad social, el individuo puede dar por sentado que el mundo de las relaciones sociales preexistentes son perpetuas o finales: formas completas del mundo social sobre las que no puede indagar, descubrir sus mecanismos o cuestionar.

El mundo aparece frente a nosotros como la fachada de un edificio, pero lejos de dar por naturalizada su forma exterior, existen detrás de ella una arquitectura que sostiene el edificio y refleja la fachada. La enseñanza de la sociología debería desnudar estas formas que yacen detrás de esta fachada visible.

Una institución o una organización remiten a un pasado en el cual fueron constituidos. Debido a esto, es necesario estudiar el pasado desde una perspectiva sociológica para entender que el mundo social obedece a una historia que puede estudiarse sociológicamente. Para tener una capacidad comprensiva de sus fenómenos, indagar en sus causas, hay que poner en foco no solo sobre las realidades en sí mismas, en las realidades finales, sino en las diferentes teorías y perspectivas que los han producido y que son su fundamento. Los fenómenos de la realidad social no son parte del guion de una trama, y a diferencia de los personajes, los individuos tenemos la libertad intelectual para tomar conciencia de que no somos manejados por un narrador o movidos por un titiritero: tenemos la capacidad de indagar y responder a la pregunta de qué fuerzas sociales nos fuerzan a movernos de una manera u otra.

La enseñanza de la sociología deberá desarrollar un señalamiento de cada una de estas teorías que producen las realidades, caracterizándolas, ubicándolas en su momento histórico y en el contexto en que han surgido. De modo que la realidad social se interpreta desde un arco de perspectivas sociológicas diferentes, complementarias, acumulativas, pero también contrapuestas. La enseñanza de esta disciplina deberá ser capaz de ligar las interpretaciones sociales al enfoque que las sustenta, sin caer en dogmatismos sin historia, verdades perpetuas ni en perspectivas ingenuas, superficiales o del sentido común.

La enseñanza de la sociología debería dar cuenta de los intereses que surgen desde el seno de la sociedad y que tiñen los contenidos y saberes, fomentando en los sujetos la predisposición reflexiva e interpretativa, relativizada de los contenidos estudiados. Para lograr un objetivo como el propuesto, el alumno tiene el derecho ético a recibir fuentes de calidad y a un árbol sociológico abierto, que aborde todo el espectro de perspectivas sociológicas existentes en la actualidad y en el pasado. Esta enseñanza, precisa de un docente actualizado y dedicado al estudio continuo de la materia, ya que ser capaz de dominar diferentes líneas sociológicas exige de trabajo constante de investigación, lectura y relectura de diferentes corrientes del pensamiento.

Como lo ha dicho Immanuel Wallerstein en El legado de la sociología, el cuerpo del conocimiento sociológico tiene premisas compartidas desde los trabajos de Marx, Durkheim y Weber y que refieren a “la realidad de los hechos sociales, la perennidad del conflicto, la existencia de mecanismo de legitimación para contener el conflicto, que conforman una base mínima coherente para el estudio de la realidad social”. La enseñanza de la sociología deberá vigilar la construcción del sentido de este legado compartido, sin olvidar el carácter dinámico del mismo, teniendo presentes las luchas político-epistemológicas que las sustentan. Estos debates teóricos suelen crear antinomias que la enseñanza de la sociología debe ayudar a superar, como las antinomias determinismo/libertad, objeto/sujeto y reproducción/producción, entre otros.

Apelando a una continua vigilancia epistemológica, la enseñanza de la sociología deberá centrarse en lograr una ruptura entre el saber disciplinario y el saber del sentido común. Los conceptos deberán ayudar a los alumnos no solo a pensar por sí mismos, sino a pensar sociológicamente las realidades sociales, incentivando el saber interdisciplinario con otras disciplinas como la historia y la filosofía, y enriqueciendo el saber propio de la disciplina sociológica con conceptos elaborados y trabajos en clase de una manera tal de que los estudiantes sean capaces de trasponer el saber del aula a la vida cotidiana.

La enseñanza de la sociología deberá llamar a una indagación sociológica que sea capaz de descubrir los mecanismos ocultos de la interacción social con un afán racional por descubrir porqué hacemos lo que hacemos, porqué somos como somos, porqué hemos llegado hasta aquí, con un espíritu curioso e indiscreto y con la intensión de responder honestamente a las preguntas más fundamentales de la sociología y a desenmascarar las motivaciones humanas que existen detrás de la acción social.

Leonardo Pittamiglio, 2020


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Porqué y para qué enseñar sociología

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