Berger y Luckmann: Resumen de La sociedad como realidad subjetiva (Cap. 3 de La construcción social de la realidad, 1966)

La construcción social de la realidad

Peter Berger y Thomas Luckmann

III. La sociedad como realidad subjetiva

Resumen

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Internalización de la realidad

  • La realidad es una construcción tanto objetiva como subjetiva. Queda plasmado que la sociedad es un proceso dialéctico compuesta en tres momentos, la externalización, la objetivación y la internalización, a este últimos es al que hace referencia la lectura.
  • El ser humano no nace miembro de una sociedad, nace con una predisposición a la socialidad, es inducido, con el tiempo y de acuerdo a su desarrollo pasa a ser miembro de una sociedad.
  • La internalización se entiende como la manifestación de los procesos subjetivos de otro que en consecuencia se vuelven subjetivamente significativos para mí, no así que la entienda correctamente. La realidad del otro que se asume, en realidad lo que se asume es la interpretación de ésta, por tanto puede ser interpretada forma correcta o incorrecta.
  • La aprehensión comienza cuando el individuo asume el mundo en el que ya viven otros, es entonces cuando se comprenden, comparten y construyen definiciones, “participamos cada uno en el ser del otro” (p.165). Únicamente el individuo que ha llegado a este nivel de internalización puede considerarse miembro de la sociedad.
  • Dicha internalización sucede tanto por la socialización primaria y la socialización secundaria.


Socialización primaria

  • La socialización primaria se da en la niñez y está mediada valga la redundancia por la estructura social objetiva en la que nace inmerso, donde se encuentra sus otros significantes encargados de la imposición de este primer proceso de socialización “las definiciones que los otros significantes hacen de la situación del individuo le son presentadas a este como realidad objetiva” (p.166).
  • En este caso el yo del individuo se convierte en una entidad reflejada, refleja las actitudes que inicialmente adoptaron para con él los otros significantes, “el individuo llega a ser lo que los otros significantes lo consideran” (p.167) implica una dialéctica de autoidentificación y la identificación que hacen los otros, entiéndase por una identidad objetivamente atribuida y una identidad subjetivamente asumida. “La identidad se define objetivamente como ubicación en un mundo determinado y puede asumírsela subjetivamente solo con ese mundo” (p.168)
  • La socialización primaria crea en la conciencia del niño una abstracción progresiva que va de los roles y actitudes de otros específicos a los roles y actitudes en general. La abstracción de los roles y actitudes de otros significantes concretos se denomina el otro generalizado, su formación dentro de la conciencia significa que ahora el individuo se identifica no solo con otros concretos, sino, con una generalidad de otros, una sociedad.
  • La sociedad, la identidad y la realidad se cristalizan subjetivamente en el mismo proceso de internalización, “esta cristalización corresponde con la internalización del lenguaje” es lo más importante dentro de la socialización. Cuando el otro generalizado se ha cristalizado en la conciencia, se establece una relación simétrica entre la realidad objetiva y la subjetiva. La relación entre el individuo y el mundo social objetivo es un acto de equilibrio continuo.
  • En la socialización primaria no existe ningún problema de identificación ya que el niño no interviene en la elección de sus otros significantes, se identifica con ellos casi automáticamente, el niño internaliza el mundo como el único que existe y que se puede concebir. “el mundo internalizado en la socialización primaria se implanta en la conciencia con mucho más firmeza que los mundos internalizados en la socialización secundaria” (p.171) ya que es la construcción del primer mundo del individuo, los mismos van a variar de una socialización a otra así como los hechos biológicos y las etapas de aprendizaje, las exigencias de acopio de conocimiento que debe trasmitirse entre otros factores.
  • La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado se ha establecido en la conciencia del individuo, posteriormente se dará una socialización secundaria, que refiere a la adquisición de otras socializaciones y a la vez es necesario asegurarse de que se mantenga la conciencia de la realidad internalizada en la socialización primaria


Socialización secundaria


  • Es la internalización de submundos (o realidades parciales que contrastan con el mundo base de la socialización primaria) institucionales o basado sobre instituciones, es la adquisición del conocimiento específico de roles. La socialización secundaria requiere la adquisición de vocabularios específicos de roles, “internalización de campos semánticos que estructuran interpretaciones y comportamientos de rutina dentro de un área institucional” (p.175). En ella se adquieren comprensiones tácitas, evaluaciones afectivas de esos campos semánticos.
  • En la socialización secundaria las limitaciones biológicas se vuelven cada vez menos importantes en la secuencia del aprendizaje, incluso puede prescindir de la identificación con carga emocional y proceder efectivamente con una identificación mutua que interviene en cualquier comunicación entre los humanos. En esta socialización suele aprehenderse el contexto institucional, antes de que esto ocurra, se da una crisis, causada por la conciencia que el niño hace de que el mundo que internalizó como único, es solo uno de muchos, es entonces cuando se necesitan fuertes impactos biográficos para poder desintegrar la realidad masiva internalizada como única, y entenderla como una ubicación social muy específica.
  • Por otro lado la forma de mantener y transformar la realidad subjetiva internalizada en la socialización primaria pasa a ser responsabilidad de la sociedad, la cual debe desarrollar procedimientos de mantenimiento de la realidad para salvaguardar cierto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva
  • El carácter más artificial de la socialización secundaria vuelve aún más vulnerable la realidad subjetiva de sus internalizaciones frente al reto de las definiciones de la realidad, ya que su realidad se encuentra menos arraigada en la conciencia por lo que se encuentra más susceptible al desplazamiento.


Mantenimiento de la realidad

  • Existen dos tipos generales de mantenimiento de la realidad: mantenimiento de rutina y mantenimiento de crisis. Es sabido que la realidad de la vida cotidiana se reafirma continuamente en la interacción del individuo con los otros, “así como la realidad se internaliza originariamente por un proceso social, así también se mantiene en la conciencia por procesos sociales” (p.187).
  • Es fundamental que la realidad subjetiva guarde relación con la realidad objetiva socialmente definida pues se refiere al proceso social de mantenimiento de la realidad. En dicho proceso consideramos los otros significantes y los otros no significantes. Los otros significantes constituyen para el individuo los agentes principales para el mantenimiento de su realidad subjetiva, los otros funcionan como una especie de coro, así como la gran parte del dialogo cotidiano, y a su vez dicha realidad subjetiva va adquiriendo solidez por la acumulación y coherencia de este dialogo casual.
  • Cuando el dialogo deja de ser casual es porque ha habido una ruptura de esas rutinas constituyendo una amenaza para la realidad ya establecida. La frecuencia del dialogo realza el poder de éste como productor de realidad, sin embargo, en ausencia de dicha frecuencia, puede compensarse con la intensidad del mismo
  • “Al mismo tiempo que el aparato convencional mantiene continuamente la realidad, también la modifica de continuo” (p.192) El hecho fundamental del mantenimiento de la realidad reside en el uso continuo del mismo lenguaje.
  • Para poder mantener una realidad subjetiva el aparato convencional debe ser continuo y coherente, en el momento en que se plantee una incongruencia entre ambas inmediatamente se convertirá en una amenaza a la realidad. En fin la realidad subjetiva siempre va depender de las estructuras sociales específicas, así de sus procesos de mantenimiento.
  • Vivir en sociedad ya comporta un proceso continuo de modificación de la realidad subjetiva.
  • En particular, la transformación se aprehende subjetivamente como tal, lo que, por supuesto, tiene algo de engañoso. Puesto que la realidad subjetiva nunca se socializa totalmente, no puede transformarse totalmente mediante procesos sociales. El individuo transformado tendrá al menos el mismo cuerpo y vivirá en el mismo universo físico. Con todo, hay ejemplos de transformaciones que parecen totales si se las compara con otras de menor cuantía: las llamaremos alternaciones.

  1. La alternación requiere procesos de re-socialización, que se asemejan a la socialización primaria.
  2. El prototipo histórico de la alternación es la conversión religiosa.
  3. Pasar por la experiencia de la conversión no significa mucho: lo verdadero consiste en ser capaz de seguir tomándola en serio.
  4. La estructura de plausibilidad debe convertirse en el mundo del individuo, desplazando a todos los demás mundos, especialmente a aquel en que el individuo "habitaba" antes de su alternación.
  5. La alternación comporta, por lo tanto, una reorganización del aparato conversacional.
  6. Las personas y las ideas que discrepen con las nuevas definiciones de la realidad deben evitarse sistemáticamente.
  7. El requisito conceptual más importante para la alternación consiste en disponer de un aparato legitimador para toda la serie de transformaciones. Lo que debe legitimarse no solo es la realidad nueva, sino también las etapas por las que ésta se asume y se mantiene, y el abandono o repudio de todas las realidades que se den como alternativa. El aspecto liquidador del mecanismo conceptual tiene particular importancia dado el problema de desmantelamiento que debe resolverse. La realidad antigua, así como las colectividades y otros significantes que previamente la mediatizaron para el individuo, debe volver a re-interpretarse dentro del aparato legitimador de la nueva realidad.
  8. En términos generales, puede decirse que los procedimientos involucrados son de carácter opuesto. En la re-socialización el pasado se re-interpreta conforme con la realidad presente, con tendencia a retroyectar al pasado diversos elementos que, en ese entonces, no estaban subjetivamente disponibles. En la socialización secundaria el presente se interpreta de modo que se halle en relación continua con el pasado, con tendencia a minimizar aquellas transformaciones que se hayan efectuado realmente. Dicho de otra manera, la base de realidad para la re-socialización es el presente, en tanto que para la socialización secundaria es el pasado.


Internalización y estructura social.


  • La socialización siempre se efectúa en el contexto de una estructura social específica.
  • Por "socialización exitosa" entendemos el establecimiento de un alto grado de simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva (junto con la identidad, por supuesto).
  • Entonces, la socialización totalmente exitosa resulta imposible desde el punto de vista antropológico. Pero, al menos, la socialización totalmente deficiente es muy poco frecuente y se limita a los casos de individuos con los que fracasa aun la socialización mínima, debido a una patología orgánica extrema.
  • La identidad se halla sumamente perfilada en el sentido de que representa totalmente la realidad objetiva dentro de la cual está ubicada. Todos en gran medida son lo que se supone sean. “Todos saben quién es cada uno y quiénes son los otros.”
  • "¿ Quién soy yo?": no es probable que aparezca en la conciencia, puesto que la respuesta socialmente pre-determinada es masivamente real desde el punto de vista subjetivo y queda confirmada consistentemente en toda interacción significativa. Esto de ninguna manera implica que el individuo se sienta satisfecho de su identidad.
  • El mismo individuo deficientemente socializado está socialmente pre-definido como tipo perfilado. Consecuentemente, cualesquiera que sean las auto-identificaciones opuestas que puedan surgir por momentos en su propia conciencia, carecerán de toda estructura de plausibilidad que podría transformarlas en algo más que fantasías efímeras.
  • En tanto estos individuos —aunque sean más de un puñado— no formen una anti-comunidad propia, sus identidades tanto objetivas como subjetivas se pre-definirán de acuerdo con el programa institucional que les confiera la comunidad. Vale decir que la socialización deficiente dentro de un mundo social puede ir acompañada de una socialización exitosa dentro de otro mundo.

  • La socialización deficiente puede ser resultado de la heterogeneidad en los elencos socializadores.
  • Las versiones masculina y femenina de la realidad se reconocen socialmente y este reconocimiento también se transmite en la socialización primaria. El niño conocerá la versión que pertenece al otro sexo con el alcance que le han mediatizado los otros significantes del sexo opuesto, pero no se identificará con esa versión.
  • Es evidente que una sociedad proporcionará mecanismos terapéuticos para tratar esos casos "anormales". Ejemplo: los niños socializados exitosamente ejercerán, como mínimo, cierta presión sobre los "equivocados".
  • Cuando los mundos agudamente discrepantes se mediatizan en la socialización primaria, al individuo se le presenta una elección entre identidades perfiladas que aprehende como posibilidades biográficas genuinas. Puede convertirse en un hombre como lo concibe la raza A o como lo concibe la raza B. Aquí es donde aparece la posibilidad de una identidad verdaderamente oculta, que no se reconoce fácilmente porque no concuerda con las tipificaciones objetivamente disponibles. En otras palabras, puede existir una asimetría socialmente disimulada entre la biografía "pública" y la "privada".
  • Discrepancias similares se producen entre los procesos de socialización en la familia y en el grupo de pares. Tales situaciones están preñadas de posibilidades de conflictos internos y de culpa.
  • Es de suponer que todos los hombres, una vez socializados, resultan en potencia "traidores a sí mismos". El problema interno de esa "traición" se vuelve mucho más complicado si lleva apareado el problema adicional de cuál de sus "yo" es el traicionado en un momento dado.
  • En cada traición existe una concomitante "traición a sí mismo" en cuanto a que se ha identificado con los dos mundos discrepantes. La alternación sigue constituyendo una amenaza que dura toda la vida.
  • La posibilidad de ''individualismo" (vale decir, de una elección individual entre realidades e identidades discrepantes) se vincula directamente con la posibilidad de socialización deficiente.
  • Una tercera situación de importancia que lleva a la socialización deficiente es la que aparece cuando existen discrepancias entre la socialización primaria y la secundaria. La unidad de la socialización primaria se mantiene, pero en la secundaria las realidades e identidades que se dan como alternativas aparecen como opciones subjetivas.
  • Si en la socialización primaria aparecen mundos discrepantes, el individuo puede optar por identificarse con uno de ellos en oposición a los otros, proceso que, por ocurrir en la socialización primaria, tendrá un alto grado de carga afectiva.
  • La aparición de mundos discrepantes en la socialización secundaria produce una configuración totalmente distinta. En la socialización secundaria, la internalización no tiene por qué ir acompañada de una identificación afectivamente cargada con otros significantes. Se podría hablar de alternación "fría". El individuo internaliza la nueva realidad, pero en lugar de ser ésta su realidad, es una realidad que ha de utilizar con propósitos específicos.


Teoría de la identidad


  • La identidad constituye, por supuesto, un elemento clave de la realidad subjetiva y en cuanto tal, se halla en un relación dialéctica con la sociedad. La identidad se forma por procesos sociales. Una vez que cristaliza, es mantenida, modificada o aun reformada por las relaciones sociales.
  • Las estructuras sociales históricas específicas, engendran tipos de identidad, reconocibles en casos individuales.
  • Debemos dejar a un lado el problema metodológico respecto de en qué consiste la relación exacta entre las tipificaciones de la vida cotidiana y las construcciones científicas.
  • La identidad es un fenómeno que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad. Por otra parte, los tipos de identidad son productos sociales tout court, elementos relativamente estables de la realidad social objetiva (el grado de estabilidad, a su vez, se determina socialmente, por supuesto).
  • La situación psicológica está relacionada con las definiciones sociales de la realidad en general y. de por sí, se define socialmente.
  • Otra manera de decir que las teorías psicológicas son adecuadas consiste en decir que reflejan la realidad psicológica que pretenden explicar.
  • Puesto que las teorías psicológicas son elementos de la definición social de la realidad, su capacidad de generación de la realidad es una característica que comparten con otras teorías legitimadoras; sin embargo, su potencia realizadora asume grande dimensiones, en particular porque se realiza por medio de procesos que sirven para la formación de la identidad y que tienen una carga emocional.
  • Las psicologías producen una realidad que a su vez sirve de base a su verificación. En otras palabras, aquí se trata de dialéctica, no de tautología.
  • La teorización sobre la identidad buscará entonces tomar conocimiento de las transformaciones de identidad que han ocurrido de hecho, y ella misma sufrirá transformaciones en este proceso.

Organismo e identidad


  • Resulta posible hablar de una dialéctica entre la naturaleza y la sociedad dialéctica que se da en la condición humana y que se manifiesta nuevamente en cada individuo humano.
  • Externamente, consiste en una dialéctica entre el animal individual y el mundo social; internamente, es una dialéctica entre el substrato biológico del individuo y su identidad producida socialmente. En el aspecto externo todavía es posible decir que el organismo coloca límites a lo que resulta socialmente posible.
  • Los factores biológicos limitan el campo de las posibilidades sociales que se abre a todo individuo; pero el mundo social, que es pre-existente al individuo, impone a su vez limitaciones a lo que resulta biológicamente posible al organismo. La dialéctica se manifiesta en la limitación mutua del organismo y la sociedad.
  • La sociedad puede mutilar y matar.
  • En realidad, en este poder que posee sobre la vida y la muerte se manifiesta su control definitivo sobre el individuo.
  • La sociedad también interviene directamente en el funcionamiento del organismo, sobre todo con respecto a la sexualidad y a la nutrición.
  • La canalización social de actividades constituye la esencia de la institucionalización, que es el fundamento para la construcción social de la realidad. Por ello, puede decirse que la realidad social determina no solo la actividad y la conciencia, sino también, en gran medida, el funcionamiento del organismo.
  • La cuestión es que la sociedad pone limitaciones al organismo, así como éste pone limitaciones a la sociedad.
  • En el individuo totalmente socializado existe una dialéctica interna continua entre la identidad y su substrato biológico. El individuo sigue experimentándose como un organismo, separado de las objetivizaciones socialmente derivadas de sí mismo y, a veces, en oposición a ellas.
  • El hombre está biológicamente predestinado a construir y a habitar un mundo con otros. Ese mundo se convierte para él en la realidad dominante y definitiva. Sus límites los traza la naturaleza, pero una vez construido, ese mundo vuelve a actuar sobre la naturaleza. En la dialéctica entre la naturaleza y el mundo socialmente construido, el propio organismo humano se transforma. En esa misma dialéctica, el hombre produce la realidad y por tanto se produce a sí mismo.
Berger y Luckmann: Resumen de La sociedad como realidad subjetiva (Cap. 3 de La construcción social de la realidad, 1966)
Berger y Luckmann: Resumen de La sociedad como realidad subjetiva (Cap. 3 de La construcción social de la realidad, 1966)

La construcción social de la realidad (1966)

Berger, P. y Luckmann, T. (1976). La sociedad como realidad subjetiva. En La construcción social de la realidad. Madrid. Amorrortu. Cap. III. pp. 164-276.




Índice de lectura de La construcción social de la realidad

Índice del libro

Prefacio e Introducción: El problema de la sociología del conocimiento

Cap. 1: Los fundamentos del conocimiento en la vida cotidiana

Cap. 2: La sociedad como realidad objetiva

Cap. 3: La sociedad como realidad subjetiva


Extras

Resumen del Cap. 3: La sociedad como realidad subjetiva

La reificación - Extracto del Cap. 2: La sociedad como realidad objetiva

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