Agustín Courtoisie: Historia reciente del poblamiento remoto (Ciencia Kiria, 2018)

Historia reciente del poblamiento remoto

Los hallazgos del arroyo del Vizcaíno: una perspectiva epistemológica

Agustín Courtoisie


Agustín Courtoisie - Ciencia kiria. Ensayos sobre ciencia, tecnología y sociedad
Agustín Courtoisie - Ciencia kiria. Ensayos sobre ciencia, tecnología y sociedad

Tomado de: Ciencia kiria. Ensayos sobre ciencia, tecnología y sociedad (RREE, CETP-UTU, COMAG, diciembre 2018, Montevideo)


Introducción

Los elementos de dispar naturaleza que se cruzan en los debates científicos tal cual se procesan de hecho y no cuando son estilizados a posteriori, constituyen un atractivo factor del interés por el cambio conceptual y la elección de teorías. Por eso en estas breves notas me propongo dejar el salón donde se consumen ciertas generalidades filosóficas y mirar por la puerta entornada de la cocina ruidosa y humeante donde verdaderamente se elabora la ciencia.

El 20 de noviembre de 2013 se publicó en la revista Proceedings of the Royal Society B (Biological Sciences) el artículo "Uruguay: a fossil-rich 30-ka-old megafaunal locality with cut-marked bones". Sus autores son Richard A. Fariña, P. Sebastián Tambusso, Luciano Varela, Ada Czerwonogora, Mariana Di Giacomo, Marcos Musso, Roberto Bracco y Andrés Gascue (Fariña et al, 2013).

El texto describe los hallazgos del Arroyo del Vizcaíno de enero de 1997 en Sauce, departamento de Canelones, Uruguay.[1] Se trata de restos óseos de megafauna, de una antigüedad de alrededor de 30.000 años, con sugestivas marcas que apuntarían a la presencia humana en nuestras latitudes. Eso es más del doble del tiempo admitido por el paradigma aún predominante sobre poblaciones prehistóricas de América, pese al creciente empuje de algunos "remotistas" ante los "recentistas": recuérdese que según la teoría Clovis del poblamiento tardío, el ser humano ingresó al continente americano hace aproximadamente 14.000 años.

Es cierto que en Cactus Hill (Virginia, Estados Unidos) se reconocen ahora hallazgos de 23.500 años, pero la discusión perdura en lo referido a América del Sur. En tal contexto las teorías predominantes afirman la idea del poblamiento reciente. Debe insistirse en este punto: el choque de posturas no reside en la autenticidad o la datación de los hallazgos, sino en la pertinencia de asociar ciertas marcas en los huesos de megafauna con la acción de herramientas propias de los eventuales pobladores remotos de la región, a pesar de que aún no se han encontrado restos óseos de seres humanos, o de sus antepasados.

¿Hace más tiempo que estamos aquí? Ello amerita ser discutido en ámbitos académicos e incluso todo lo que sea posible en ámbitos públicos.[2] El primer paso que lo habilita (y a la vez estimula) es la admisión del artículo en una revista arbitrada de prestigio internacional. La comunidad científica internacional ha comenzado a hacerlo. El Uruguay forma parte de ella y no es posible permanecer ajenos.

Quizás un criterio orientador esencial en esa polémica debería ser el de no disociar, por un lado, las informaciones científicas resumidas, y por otro, el imprescindible trabajo de crítica recíproca y detallada entre los involucrados. Esa regla de no disociar la comunicación de los resultados del proceso que llevó hasta ellos, recuerda de nuevo el carácter colectivo de la construcción del conocimiento científico e impacta las diferentes modalidades de la difusión del conocimiento.

Un buen ejemplo de debate académico que procuró cumplir esas condiciones, fue el realizado ante el público de la sala principal de Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) de Montevideo, el 10 de diciembre de 2013. Por entonces se convocaron distintas voces (Rafael Suárez, Antonio Lezama, Diego Bracco y Richard Fariña) que vienen discutiendo con mucha fuerza, de forma plural como modus operandi natural de su labor, la cuestión de la pertinencia científica de asociar los restos óseos con primitivos pobladores del Uruguay (MAPI, 2013).

En "Megafauna. Arroyo del Vizcaíno", una página web producida por una parte del equipo de colaboradores de Richard Fariña con fines de adecuada divulgación del descubrimiento, se resumen con sencillez algunos datos básicos a tener en cuenta:

El arroyo del Vizcaíno se encuentra próximo a la localidad de Sauce, en el departamento de Canelones, República Oriental del Uruguay. Muy cerca de sus nacientes, el cauce atraviesa hacia el este la ruta 6, tuerce su rumbo hacia el sur y, tras atravesar el simple y elegante puente ferroviario, se ensancha plácido sobre la cuenca que le forman las areniscas silicificadas cretácicas de la Formación Mercedes. A esa altura, las lluvias intensas provocan crecidas invernales, aunque en verano el agua suele detenerse y el curso se transforma en esta estación en un collar de lagunas que los productores rurales utilizan para regar sus cultivos.

Una de esas lagunas debió secarse completamente para salvar el plantío durante la intensa sequía del verano de 1997 y en el lecho apareció la gran sorpresa: numerosos restos del perezoso gigante Lestodon, algunos del ungulado sudamericano Toxodon y de tres gliptodontes, Glyptodon, Doedicurus y Panochthus. Muchos de esos restos fueron entonces colectados por estudiantes del liceo de Sauce bajo la dirección de algunos de sus profesores y hoy forman parte de la colección del Museo Paleontológico de Sauce (en formación).

En las líneas que siguen, además de partir del texto original de la publicación y de algunas otras referencias científicas, recurriremos a materiales provenientes de medios masivos cuando a través de ellos se pronuncian diversos especialistas y se argumenta con solvencia a propósito del caso. Ello no debería extrañar a estas alturas, habida cuenta, por ejemplo, de los aportes de Habermas consignados en "Ciencia y tecnología como ideología". En dicha obra el autor señalaba el crecimiento exponencial de las publicaciones especializadas y las tentativas de resumir un material inabarcable:

Las revistas de reseñas sólo representan el primer paso de un proceso en el que el material bruto de la información original es sometido a una ulterior elaboración. Una serie de revistas sirven a este objetivo de una comunicación entre científicos de diversas disciplinas que necesitan de un intérprete para asimilar y utilizar las informaciones importantes de disciplinas limítrofes (Habermas, 1989: 153).

Hay un hecho poco conocido que forma parte de este fenómeno: muchos investigadores recurren al periodismo científico de altura tanto como a las secciones de prensa diaria para saber a qué atenerse:

Lo importante es no romper el nexo de la comunicación aun cuando el flujo de información de un especialista a otro tenga que tomar el largo camino que pasa por el lenguaje cotidiano y la comprensión cotidiana del lego. La esfera de la opinión pública externa a la ciencia se ha convertido ya en muchos aspectos, en una situación de tan alta división del trabajo, en el camino más corto para el entendimiento interno entre especialistas que ignoran todo los unos sobre los otros (ibídem).

La consecuencia fundamental y afortunada de este proceso, concluye Habermas, es que "se aprovecha también la comunicación entre las ciencias y el gran público" (Habermas, 1989: 154).

Para el previsible lector de estas páginas, no hace falta definir, pero sí mencionar como trasfondo ineludible de toda la polémica en torno del significado de los hallazgos del Arroyo del Vizcaíno, las nociones vinculadas a los diferentes "contextos": "contexto del descubrimiento" (o de producción); "contexto de justificación" (o de evaluación), sin olvidar el útil tercer contexto señalado por Klimovsky, el "contexto de aplicación" (Chá, 2002: 37- 40).


Cuatro dimensiones de un debate

Es preciso intentar discernir algunos elementos que reaparecen de modo recurrente en las polémicas hilvanadas a partir de los hallazgos del Arroyo del Vizcaíno, dentro o fuera de las disciplinas involucradas. Pero es imposible pretender exhaustividad en estas primeras notas aproximativas. Sería un despropósito, por otra parte, acometer semejante tarea. De lo que aquí se trata es mostrar algunos fragmentos del debate tal como se viene procesando de hecho, al margen de afirmaciones rotundas o síntesis que omiten detalles capitales.

Existen cuatro dimensiones que llaman la atención y, como provengo de la filosofía y no estoy obligado a las mismas cautelas de los científicos (aunque sí a otras), me permitiré presentarlas en cuatro ítems, en forma algo esquemática. Es preciso enfatizar también que las pluralidad de fuentes a las que a continuación se apela (textos técnicos en grados diferentes y productos de medios masivos de distinta complejidad según los casos), se debe a que elementos propios del contexto del descubrimiento se tornan mucho más visibles en declaraciones y productos destinados a la divulgación, que en las estilizadas formulaciones de los artículos propios del contexto de justificación, que suelen oscurecer la dimensión humana de lo que se encuentra en juego y explicar mucho más de lo que consigue el auto protector lenguaje técnico.


Uso de la argumentación Ad Hominem

A menudo se confunde la argumentación Ad Hominem (AH) y la falacia AH. En realidad, en ciertas circunstancias, es pertinente rechazar un testimonio u opinión en base a características del sujeto que los brinda. Por ejemplo, si una persona es requerida para ofrecer su relato de hechos que ha presenciado, como un accidente de tránsito o un episodio delictivo, ciertos elementos serán decisivos para tomar en cuenta o dejar por completo de lado sus afirmaciones.

Por ejemplo, la edad del testigo, sus condiciones de salud, si estaba o no bajo el efecto de sustancias psicoactivas o padecía problemas oculares, si posee vínculos sociales, laborales o de parentesco con los involucrados en el episodio objeto de testimonio, etcétera. En esos casos, la argumentación AH es pertinente a efectos de relativizar o aun rechazar ciertas versiones. No lo es, en cambio, y debe ser considerada una falacia AH, cuando alguien, en vez de contestar con evidencias y argumentos una afirmación, procede a atribuir a su interlocutor intencionalidades, ocultas o no tanto, conscientes o inconscientes, o atributos de personalidad, ideas religiosas o políticas, que a juicio del crítico permitirían desestimar sus dichos.

En el caso del eventual poblamiento remoto que para algunos investigadores sugieren los hallazgos del Vizcaíno, lo que corresponde, cuando se impugna esa interpretación, es analizar las microfotografías de los huesos, revisar la literatura reciente sobre restos similares en otras regiones sudamericanas, tomar nota del estado del arte sobre estas cuestiones en las cuales la unanimidad académica se ha perdido hace mucho tiempo, imaginar mejores conjeturas que el oponente para dar cuenta de la cantidad de restos encontrados, etcétera. Pero se incurre en una falacia AH cuando a cambio de eso, o más sutilmente, junto a eso, se atribuyen velados deseos de que el sur del continente sea el espacio de lo maravilloso y se prolongue por vías "científicas" lo que el realismo mágico consiguió por vías literarias.

Quienes incurren de ese modo en la falacia AH no advierten que esa misma estrategia argumental ilegítima podría jugarles en contra. Por ejemplo, cuando se rechazan las teorías del poblamiento remoto porque eso significaría aceptar que América del Sur se pobló antes que América del Norte, o que la hegemonía política estadounidense de la globalización y la búsqueda permanente de elementos ideológicos que le sean funcionales, es lo que está detrás de la negativa a aceptar pobladores remotos en tierras sudamericanas.

Otra variante de incurrir en una falacia AH, bastante incómoda para los académicos acusados y posiblemente muy eficaz por sus efectos retóricos, sería aducir que lo que está detrás de su rigidez frente a las novedades regionales es su sumisión frente a los centros de investigación del primer mundo, o quizás las ventajas personales (fondos para investigaciones, invitaciones a congresos) que podrían obtener de su obsecuencia. Sin embargo, incluso si eso fuese cierto, una acusación semejante sería una falacia AH porque no permite probar en absoluto, por sí misma, que las teorías del poblamiento reciente sean falsas. Al lego que mira desde lejos y desde fuera estas contiendas, podrá parecerle sorprendente que este tipo de argumentos sean utilizados, pero esa es la realidad. Antes de proceder a los casos que ilustran la falacia AH cuando se trata de los hallazgos del Arroyo del Vizcaíno, es oportuno acudir en auxilio de una definición clásica y breve del argumento AH:

Se dice de un argumento que sólo vale contra el adversario que se combate , sea que este argumento se funde en un error, una inconsecuencia o una concesión del adversario, sea que se refiera a tal o cual pormenor particular de la individualidad o de la doctrina de éste (Lalande, 1967: 23).

Veamos algunos ejemplos a continuación. Por ejemplo, el doctor Rafael Suárez sostuvo durante la polémica realizada en el Museo de Arte Precolombino e Indígena, aludiendo a Richard Fariña que:

Esta es la primera vez en la historia de la arqueología americana, o de la prehistoria del poblamiento de América, que un paleontólogo va como primer autor en un tema tan sensible como éste" (MAPI, 2013: 55:00).[3]

Allí hay una sombra al menos de falacia AH, que se prolonga hasta que Suárez argumenta que era esencial colectar material lítico y que lo relevante en el caso de estudio era lo arqueológico y no lo paleontológico. Por su parte, otro especialista, Antonio Lezama, advierte sobre la falacia AH y a la vez parece incurrir por momentos en ella:

Para mí lo que está en juego es que la presencia del hombre en América siempre ha sido un tema de debate, un tema que ha sido ideologizado. Los americanos y los no americanos tenemos dificultades para verlo con objetividad (…) América es un campo donde lo extraordinario siempre puede suceder, donde pueden haber situaciones más o menos inverosímiles que tengan explicaciones que salen del comportamiento común (MAPI, 2013: 42:53).

No es la primera vez que se utilizan argumentos AH en asuntos referidos a ciertos hitos de la evolución humana y su localización geográfica. Por ejemplo, se ha sostenido que el fraude del "Hombre de Piltdown":

Ilustra, notablemente, la separación neta que puede existir entre los intereses de los hombres y los de la ciencia. Piltdown es la construcción de una evidencia que quiere venir a probar, diríamos científicamente, una supremacía aceptada de antemano, una supremacía nacional. Si Inglaterra hubiera sido la cuna de la humanidad, eso querría decir, de algún modo, que los ingleses son superiores a otros hombres (…) También podría decirse al revés, pensando los hechos de Piltdown como reacción: mientras Inglaterra no encuentre restos fósiles equivalentes a los de otras naciones , de algún modo será inferior (Alinovi, 2009: 62).

Regresando a los debates sobre el poblamiento prehistórico de América, en una nota de fines del 2013, en una publicación chilena, se afirmaba muy francamente que "la arqueología también es política":

En la comunidad científica "hay muchos interesados en defender que el ser humano llegó a América por el norte". Para contribuir al debate y ayudar a la promoción del parque como destino turístico, la UNESCO y la UE han organizado en Brasilia un ciclo de conferencias, en el que durante dos meses serán discutidas esas cuestiones y se mostrará el trabajo artesanal de sus actuales habitantes. "La arqueología también es política", dijo a Efe el representante de la UNESCO en Brasil, el francés Lucien André Muñoz, quien destacó así la importancia de promover nuevos debates sobre el aún incierto origen de los primeros habitantes de América (La Tercera, 2013).

Quizá sea imprescindible tomar el justo medio como guía. Por un lado, aceptando que el contexto del descubrimiento proyecta inexorablemente sus pasiones silenciosas, o hechas a viva voz, sobre el contexto de justificación, que a veces puede parecer incluso una precaria racionalización de ciertas opciones previas. Pero, por el otro, la corrección debe ser inmediata: los elementos de uno y otro contexto deben ser discernidos. Puede contribuir a ello el tomar en cuenta que la argumentación AH puede funcionar tanto para un lado como para el otro de las posturas enfrentadas, sin agregar nada sustancial al núcleo científico de aquello que está en cuestión.


Hallazgos en el contexto regional

Llama la atención en los debates sobre los hallazgos del Arroyo del Vizcaíno, el rápido descarte por presunta falta de evidencia de casos como los de Monteverde (Los Lagos, Chile) y Pedra Furada (Sierra de Capivara, Brasil), que aportan elementos muy sugerentes en favor del poblamiento sudamericano remoto. Por ejemplo, en la polémica del MAPI ninguno de los integrantes de la mesa mencionaron documental producido por UNESCO y realizado entre julio y agosto de 2013: "Serra Capivara". Allí se apoya en forma decidida las tesis de Niède Guidon a través de los testimonios de diversos especialistas latinoamericanos y europeos, entre ellos los franceses Claude Guerin y Eric Boeda (UNESCO, 2013, 10:28).

En este punto me voy a permitir una transcripción in extenso de la entrevista que le realizara Yuri Leveratto a Niède Guidon en el año 2009:

Yuri Leveratto: Doctora, ¿cuál es la mayor antigüedad de los restos óseos humanos encontrados en la región?

Niède Guidon: 12.000 años. La datación se obtuvo con el método del Carbono 14.

Yuri Leveratto: Sin embargo, en su museo se habla de fechas más antiguas, hasta de 60.000 años.

¿Cómo llegaron a tales resultados?

Niède Guidon: En la zona del parque encontramos varios restos de fogatas que se remontan a 60.000 años atrás. Los restos carbonizados de la leña se analizaron con la prueba del carbono 14 en algunos laboratorios de Texas (USA). Otros análisis que se hicieron utilizando el método de la termoluminiscencia probaron que ha habido asentamiento humano en este lugar desde hace 100 milenios.

Yuri Leveratto: Según usted, ¿cómo es posible que no se hayan encontrado restos óseos humanos con antigüedad mayor a doce mil años?

Niède Guidon: En esa zona el suelo es ácido y por desgracia, no permite la preservación de los restos óseos más antiguos.

Yuri Leveratto: Leí que algunos arqueólogos estadounidenses sostienen la falsedad de sus descubrimientos. En particular, algunos estudiosos creen que las fogatas que datan de hace 60.000 años fueron naturales, es decir, ocasionadas por rayos, ¿qué piensa usted de esto?

Niède Guidon: Las fogatas fueron estudiadas por varios arqueólogos y todos confirmaron que se trataban de fuegos causados y controlados por el hombre, porque estaban situados en zonas pequeñas y delimitadas. Alrededor de estos fuegos se encontró material lítico, o bien piedras trabajadas por el hombre () cursiva AC) (Leveratto, 2009).

La misma investigadora ha defendido posturas similares desde hace mucho tiempo. Primero, debe tenerse en cuenta su explicación ante la ausencia de restos óseos humanos. Es un punto a explorar más en el caso del Sauce. Además, en un congreso del año 2004, en su texto "Parque Nacional Serra da Capivara: sitios rupestres e problemática", Guidon afirmaba:

Esse sítio está no calcário e estas pinturas estavam cobertas por calcita. Essa calcita cobria também a grande figura antropomorfa que vocês vêem aqui. Todo painel estava coberto por calcita. O professor Watanabe da USP em 1.999, tomou uma amostra de calcita e obteve uma datação para essas figuras entre trinta e cinco e quarenta mil anos (Cursiva AC) (Guidon, 2004-2007: 4).

Por su parte, para mostrar la pluralidad de opiniones sobre el poblamiento americano, Yuri Leveratto ha recordado teorías recogidas por Paul Rivet e inspiradas por el portugués Mendes Correa. Las de este último parecen ciertamente especulativas, pero ello es útil para mostrar hasta qué punto puede ser discutida la cuestión (dentro de los bordes de lo razonable) y estimular conjeturas diferentes y más imaginativas: según la arqueología tradicional, la mayoría de los indígenas americanos tiene origen asiático y sus antepasados llegaron al Nuevo Mundo por medio del actual estrecho de Bering y del llamado "corredor libre de hielo", situado en los actuales Alaska y norte de Canadá, durante su expansión del norte de Asia a América, acaecida en dos fases, la una hace 40 y la otra hace 13 milenios. Aunque incluso la genética ha comprobado, en efecto, la predominancia de caracteres asiáticos (grupos sanguíneos y otras características genéticas) en la mayoría de los autóctonos del Nuevo Mundo, no está para nada resuelto el misterio del trayecto hecho por aquellos antiguos viajeros.

Sin embargo, agrega Leveratto:

Paul Rivet, en su famoso libro "Los orígenes del hombre americano", analizó otros posibles flujos de expansión hacia el Nuevo Mundo: particularmente, el de los colonizadores de Melanesia (quienes, según él, navegaron a través del Océano Pacífico), el de los norteasiáticos (que navegaron entorno a las costas asiáticas, colonizando luego, lentamente, las actuales Aleutianas y el litoral noroccidental del continente norteamericano, entrando, de esta manera, al Nuevo Mundo) y el de los australianos, los cuales, según el portugués Mendes Correa (1888-1960), pudieron haber llegado al Cono Sur en un increíble viaje por la Antártida, durante un período en el que ésta gozaba de un clima óptimo, mucho más templado que el actual, alrededor del sexto milenio antes de Cristo (Leveratto, 2010).


Sobre las marcas

El texto de la página web "Megafauna. Arroyo del Vizcaíno", producida por el grupo de científicos más cercano a Richard Fariña, luce cauteloso comparado con lo que podría esperarse, dadas las acusaciones hechas por un sector de la academia. Por ejemplo, se llegó a hablar de "falta de evidencia y exposición mediática" y del "primer reality de la ciencia en Uruguay".

He aquí un fragmento del portal educativo que sintetiza lo ocurrido desde 1997:

Tuvieron que pasar 14 años para que se volviese a excavar, porque la investigación científica no escapa a la realidad de las imperfecciones humanas, pero la espera valió la pena: en marzo de 2011, este equipo de paleontólogos procedió a una observación sistemática y a la colecta de los restos que quedaban en posición vulnerable. Aunque la gran cantidad de fósiles ya extraídos y de los que quedan por colectar aseguran trabajo para muchos años y ya le da al sitio una importancia enorme, hay además algunas evidencias que nos hacen pensar en que fueron procesados por humanos, como algunas marcas en una clavícula, en una costilla y otros huesos. Como si esto fuese poco, diversas dataciones realizadas sobre hueso y madera, con distintas técnicas y en tres laboratorios diferentes, fueron sometidas al análisis por carbono 14 para determinar su edad. Los resultados (provisorios como lo son siempre en ciencia) indican una edad sorprendentemente alta, de alrededor de 30.000 años, aproximadamente el doble de lo aceptado hasta ahora para los yacimientos más antiguos con presencia humana de todo el continente americano, Alaska excluida (cursiva AC) (Megafauna, 2013).

Aunque más específicos, naturalmente, los autores continúan siendo prudentes en su artículo científico, ya desde el abstract:

Human–megafauna interaction in the Americas has great scientific and ethical interest because of its implications on Pleistocene extinction. The Arroyo del Vizcaíno site near Sauce, Uruguay has already yielded over 1000 bones belonging to at least 27 individuals, mostly of the giant sloth Lestodon. The assemblage shows some taphonomic features suggestive of human presence, such as a mortality profile dominated by prime adults and little evidence of major fluvial transport. In addition, several bones present deep, asymmetrical, microstriated, sharp and shouldered marks similar to those produced by human stone tools. A few possible lithic elements have also been collected, one of which has the shape of a scraper and micropolish consistent with usage on dry hide. However, the radiocarbon age of the site is unexpectedly old (between 27 and 30 thousand years ago), and thus may be important for understanding the timing of the peopling of America (cursiva AC) (Fariña et al., 2013: 1).

Un final abierto donde se reitera la pertinencia de plantearse la eventual acción humana de las marcas, pero sin la audacia que se les ha venido reprochando, es lo que puede encontrarse en sus comentarios finales:

The taphonomy of the site, intrinsically important as a large bonebed, is suggestive as having accumulated as the result of biogenic (particularly human) agency. The presence of surface modifications on the bones and the possible scraper are consistent with this interpretation. However, besides some rather controversial claims in both South and North America, current evidence for humans arriving in the New World (excluding Beringia) before the Last Glacial Maximum (as indicated by the dates at Arroyo del Vizcaíno) is equivocal. Thus, the age of the site and the scarcity of formal tools urge caution in interpretation. In any case, we argue that the Arroyo del Vizcaíno site deserves to be included in the agenda of early American peopling, either as a not foreseeable discovery or as an example of natural processes mimicking human presence. As such, further detailed study of the site is warranted to resolve these issues (cursiva AC) (Fariña et al., 2013: 5).

Vamos a detenernos en un punto. Según expresan los autores del hallazgo, de los más de mil huesos colectados, decenas de ellos presentan marcas. Por eso es menester interpretar en forma adecuada las reconstrucciones en 3D y las microfotografías incluidas en su trabajo para determinar si fueron generadas por factores diferentes de la presencia humana. Recuérdese también que se encontraron restos de madera fósil y elementos líticos y se declara el hallazgo de un elemento en forma de raspador.

El cotejo de las imágenes del artículo de Fariña y sus colaboradores, con las del Banco de Imágenes Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Mar del Plata ("Huesos modificados de origen arqueológico") es muy sugerente en cuanto a descartar otros agentes responsables de las marcas, tales como roedores, carroñeros varios, fenómenos físicos o patologías de los animales (UNMP, 2013). Dada la naturaleza de estas puntualizaciones, la inclusión de imágenes excedería largamente los limitados propósitos del presente artículo. Pero corresponde invitar a la búsqueda en sitios web como el mencionado para contemplar imágenes con marcas de cortes en los casos en que la agencia humana se da por aceptada por la comunidad académica. Luego de verlas y compararlas con las fotografías del artículo de Fariña et al., las similitudes resultan muy sugerentes.

Un comentario adicional sobre el tamaño de las herramientas: se ha objetado la dificultad de concebir la captura de megafauna sin instrumentos de buen tamaño y lanzas, hachas o mazas de gran porte. ¿Cómo dominar y carnear megafauna con pequeños instrumentos? La pregunta es pertinente pero desde hace mucho tiempo ha sido respondida.

En 1994, Katy Shick y Nicholas Toth (Universidad de Indiana) y Rick Potts (Smithsonian Institute) explicaron que algunos homínidos posiblemente eran carroñeros. No podían enfrentar a otros animales de mayor porte y debían arrastrarlos a un lugar seguro para trozarlos, lejos del olfato y la mirada de otros seres voraces. En un célebre programa de la BBC, "Ape-man. Historia de la evolución del hombre" conducido por Walter Cronkite, estos científicos fueron entrevistados y comentaron el hallazgo de un elefante muerto en una región de África, donde se encontraron numerosas lascas pequeñas y evidencias de marcas en los huesos del elefante. Las marcas de los huesos, estudiadas al microscopio y mostradas en ese documental, recuerdan muy vivamente las del Arroyo del Vizcaíno. Pero algunos científicos uruguayos desprecian los medios masivos de comunicación, ignoran las reflexiones de Habermas y logran así perderse algunas interesantes conjeturas.


La cuestión del punto de origen

Las respuestas más satisfactorias están contenidas en la entrevista con Guidon y proporcionan pistas valiosas para el caso de Arroyo del Vizcaíno. El documental de UNESCO "Serra Capivara" ofrece varios testimonios concordantes:

Yuri Leveratto: Según usted, ¿quiénes eran los antiguos habitantes de la zona? Y sobre todo, ¿de dónde venían?

Niède Guidon: Eran hombres Sapiens arcaicos y venían directamente de África. No se trata de descartar la teoría de la migración humana a través de Beringia de hace unos 14.000 años, sino de complementarla con otras teorías. Es impensable que el continente americano, con una extensión de miles de kilómetros de norte a sur, haya sido colonizado sólo por el norte.

En mi opinión, el Homo Sapiens salió de África hace 130 milenios. Como es sabido, el continente antiguo ya había sido colonizado por el Homo Erectus, pero el Sapiens lo suplantó y se dispersó por todo el planeta (…).Algunos de ellos se dirigieron hacia Asia y Europa, mientras otros, probablemente pescadores, fueron arrastrados por las corrientes y llegaron a Suramérica, empujados por los vientos alisios.

Yuri Leveratto: ¿Está su tesis apoyada en estudios de Antropología somática o morfológica?

Niède Guidon: Sí. Efectivamente, los investigadores Walter Neves y Danilo Bernardo de la Universidad de San Paulo (Departamento de Genetica y Biología Evolutiva), efectuaron análisis morfológicos de los cráneos encontrados en la zona de la Serra de Capivara y llegaron a la conclusión de que pertenecían al tipo humano australoide-negroide y no al tipo humano asiático. (…) se trataba de Sapiens arcaicos, cuyas características somáticas no estaban aún del todo especializadas (cursiva AC) (Leveratto, 2009) (Unesco, 2013).


Comentario final

Una rápida mirada epistemológica de los hallazgos del Arroyo del Vizcaíno y sus interpretaciones, ha permitido extraer algunas enseñanzas para refrescar versiones demasiado estilizadas de estos procesos.

Al observar un poco más de cerca a las comunidades científicas, no hay que sorprenderse de tanta crítica recíproca, dura e irónica a veces como la de un debate parlamentario, porque sin ella solo hay dogmatismo y apelaciones a la autoridad.

Si hasta el célebre sabio jesuita Teilhard de Chardin fue acusado de participar en el fraude colectivo del "Hombre de Piltdown" y de haber sido el responsable de "plantar" en aquella localidad restos óseos funcionales al engaño, el grupo de científicos que pusieron al Uruguay en el mapa mundial del debate sobre pobladores prehistóricos de América, no debería incomodarse por la rigidez compensatoria de las unanimidades perdidas. Hay que ser prudentes también con la misma prudencia.


REFERENCIAS

ALINOVI, M. (2009). Historia Universal De La Infamia Científica. Imposturas y estafas en nombre de la ciencia. Buenos Aires: Siglo Veintiuno.

BRADSHAW FOUNDATION. [portal web] http://www.bradshawfoundation.com/south_america/serra_da_capivara/pedra_furada/index.php

CHÁ, A. (2002). Elementos de epistemología. Montevideo: Trilce y Universidad Católica del Uruguay.

COURTOISIE, A. (2013). "Apropiación ciudadana de la ciencia. Condiciones de su posibilidad". En CABRERA, M.; KANOVICH, S.; MELOGNO, P.; PEREYRA, L. (2013). Los desafíos de la educación científica. Montevideo: Universidad de la República, EUBCA, Centro Universitario de Paysandú (CUP) p.p.73-100.

CROMO (2012). "Prehistoria, el prólogo del presente". GONZÁLEZ, N. Revista digital del diario El Observador. http://www.cromo.com.uy/2012/10/prehistoria-el-prologo-del-presente/

CROMO (2013). "Los fósiles que dividen a la ciencia". GONZÁLEZ, N. Revista digital del diario El Observador. http://www.cromo.com.uy/2013/12/los-fosiles-que-dividen-a-la-ciencia/

CROMO (2014). "Grandes historias de la ciencia que nunca sucedieron". MEDIAVILLA, D. Revista digital del diario El Observador. http://www.cromo.com.uy/2014/04/grandes-historias-de-la-ciencia-que-nunca-sucedieron/

FARIÑA, R.; TAMBUSSO S.; VARELA, L.; CZERWONOGORA, A.; DI GIACOMO, M.; MUSSO, M.; BRACCO, R.; GASCUE, A. (2013). "Arroyo del Vizcaíno, Uruguay: a fossil-rich 30-ka-old megafaunal locality with cut-marked bones", en Proceedings of the Royal Society B (Biological Sciences), 20/11/2013. http://dx.doi.org/10.1098/rspb.2013.2211

GUIDON, N. (2004-2007). "Parque Nacional Serra da Capivara: sítios rupestres e problemática" en revista Fumdamenthos – V – Janeiro 2007, Fundação Museu do Homem Americano (FUMDHAM). Artigos e comunicações, Iº Seminário Internacional sobre Preservação da Arte Rupestre nos Sítios do Patrimônio Mundial, Parque Nacional Serra da Capivara – 22 a 25 de abril de 2004.

Fumdamenthos – V: http://www.fumdham.org.br/fumdhamentos5/menuart.asp / http://www.fumdham.org.br/fumdhamentos5/artigos/Niede_Guidon.pdf

HABERMAS, J. (1989). Ciencia y tecnología como ideología. Madrid: Tecnos. Trad. Manuel Jiménez Redondo y Manuel Garrido.

LA TERCERA (2013). "Brasil mantiene viva la polémica sobre los primeros humanos de América". Agencia EFE, 28 de setiembre de 2013. http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2013/09/659-544576-9-brasil-mantiene-viva-la-polemica-sobre-los-primeros-humanos-de-america.shtml

LALANDE, A. (1967). Vocabulario técnico crítico de la filosofía. Buenos Aires: El Ateneo.

LEVERATTO, Y. (2009). [portal web] "El origen del hombre americano: el enigma de Pedra Furada. Entrevista a la arqueóloga Niède Guidon". http://www.yurileveratto.com/articolo.php?Id=38

LEVERATTO, Y. (2010). [portal web] "La teoría alternativa de Mendes Correa sobre el antiguo poblamiento de Sur América a través de la Antártida". http://www.yurileveratto.com/articolo.php?Id=104

MAPI (2013). "¿Cuándo llegamos? Debate en torno del poblamiento de América". Con Richard Fariña, Rafael Suárez, Antonio Lezama, Roberto Bracco, Agustín Courtoisie y Facundo da Almeida (moderador). Museo de Arte Precolombino e Indígena, 10 de diciembre de 2013. La polémica fue registrada y puede verse completa en: http://www.youtube.com/watch?v=JS-eQn8o3lo#t=5601 Ver contexto: http://mapi.uy/video.html

MEGAFAUNA. ARROYO DEL VIZCAÍNO (2013) [portal web] http://www.arroyodelvizcaino.org/
UNESCO (julio-agosto 2013). [documental web] "Serra da Capivara – Documentário". http://www.youtube.com/watch?v=9576H-X39J8

UNIVERSIDAD NACIONAL DE MAR DEL PLATA (2013), Laboratorio de Arqueología. http://www.oseoalterado.com.ar/index.php / http://www.oseoalterado.com.ar/alteraciones-culturales.html


________________________________________


NOTAS

[1] En una futura publicación daré cuenta de numerosas entrevistas que realicé a personas cercanas al lugar del hallazgo, que desde 1997 conmocionó a toda la comunidad. Entre ellas los productores rurales Marta y Alberto Valetto; la psicóloga Ana Charamelo, docente en esa época del liceo de Sauce que organizó grupos de estudiantes para las primeras extracciones de los huesos; el ingeniero agrónomo Juan Carlos Risso; el joven colector Reinaldo Castilla, entre muchos otros vecinos, jerarcas institucionales y académicos de los cuales nos ocuparemos oportunamente. Nota 18/01/2018: me refiero al libro posterior a la publicación de este artículo: COURTOISIE, A. & FARIÑA, R. (2015), Historia reciente del poblamiento remoto. Los hallazgos del Arroyo del Vizcaíno, Sauce.

[2] Existen muchas razones profundas para ello que fueron desarrolladas in extenso en "Apropiación ciudadana de la ciencia. Condiciones de su posibilidad" (Courtoisie, 2013).

[3] En adelante, cuando se hace referencia a un audiovisual, se indica el link donde obtenerlo y el minuto y los segundos de comienzo de la frase citada en el cuerpo del texto, según el formato: (Autor/Institución, Año: Minuto: Segundos).

________________________________________

Este artículo fue publicado originalmente en MELOGNO, Pablo (compilador) (2014), Cambio conceptual y elección de teorías. Montevideo: FIC-Universidad de la República.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La sociología de Pierre Bourdieu: Habitus, campo y espacio social

Macionis y Plummer: Los tres clásicos de la sociología (Marx, Durkheim y Weber)

Metodología de la Investigación Social: Introducción general (Alfredo Poviña)

Maurice Halbwachs: La memoria colectiva (fragmentos) (1925)

Investigación social: tema y problema en investigación (2013)

Macionis y Plummer: Desigualdad y estratificación social (Cap. 8)

Stuart Hall: ¿Quién necesita «identidad»? Cap. 1 de Cuestiones de identidad cultural (1996)

Ely Chinoy: Cultura y sociedad (La sociedad, 1966)

Teoría de la privación relativa de Robert Merton (Teoría y Estructura Social, 1949)

Edward B. Tylor: La ciencia de la cultura (Cultura primitiva, 1871)