Charles Wright Mills: Extractos de La élite del poder (1956)
La élite del poder
Charles Wright Mills
Extracto 1 (Pág. 269-270).
La médula interna de la élite de poder se compone: primero, de los que intercambian los puestos dirigentes en la cima de uno de los sectores dominantes con los de otro: el almirante que es, a la, vez, banquero y abogado y que encabeza una importante comisión federal; el presidente de una corporación cuya compañía fue uno de los dos o tres primeros productores de material de guerra y que es ahora Secretario de la Defensa; el general combatiente que se viste de civil para formar parte del directorio político, y luego pasa a ser miembro del consejo de administración de una de las principales corporaciones económicas.
Aunque el ejecutivo que llega a general, el general que se convierte en estadista y el estadista que se hace banquero, ven algo más que hombres ordinarios en su ambiente de todos los días, sus perspectivas quedan con frecuencia al nivel de los criterios dominantes en sus círculos locales. Sin embargo, en el curso de su carrera intercambian papeles con los tres grandes y de ese modo trascienden el interés peculiar de cualquiera de estos centros institucionales. En virtud de sus carreras y actividades mismas, enlazan los tres sectores. Son, por lo tanto, los miembros medulares de la élite del poder.
Estos hombres no están necesariamente familiarizados con la totalidad de los principales campos del poder. Nos referimos a un hombre que se mueve en dos círculos y quizá entre ellos -digamos el industrial y el militar- y a otro hombre que penetra en lo militar y lo político, y a un tercero que se mueve en el círculo político, así como entre los que elaboran la opinión pública. Estos tipos intermedios corresponden mejor a nuestra imagen de la estructura de la élite del poder y de su funcionamiento, incluso entre bastidores. Si existe una "élite invisible" estos tipos de consejeros y enlaces constituyen su médula. Incluso si -como creo muy probable- muchos de ellos son, por lo menos en la primera parte de su carrera, "agentes" de diversas minorías, más bien que miembros de ellas, son ellos los que despliegan mayor actividad, a fin de organizar los distintos sectores de la cima en una estructura del poder y sostenerla.
La médula interna de la élite poderosa incluye también hombres de primera categoría jurídica y financiera, procedentes de las grandes fábricas de leyes y firmas inversionistas, que son casi intermediarios profesionales en los asuntos económicos, políticos y militares y que así actúan, unificando a la élite del poder. El abogado de las corporaciones y el banquero inversionista desempeñan las funciones de "intermediario" con fuerza y eficacia. Por la índole de su trabajo, trascienden el estrecho ambiente de cualquier otra industria y, por lo tanto, se hallan en situación de hablar y actuar en nombre del mundo de las corporaciones o al menos, de importantes sectores de éste. El abogado de las corporaciones es un eslabón clave entre las zonas económica, militar y política; el banquero inversionista es un organizador y unificador clave del mundo de las corporaciones y persona bien versada en el arte de gastar las enormes sumas de dinero que el instituto militar norteamericano maneja ahora. Cuando se encuentra un abogado que maneja los asuntos jurídicos de los banqueros inversionistas estaremos frente a un miembro clave de la élite del poder.
Extracto 2 (Págs. 276-277)
La idea de una élite del poder se funda en y explica:
1) las tendencias institucionales decisivas que caracterizan la estructura de nuestra época, en particular, el ascendiente militar en una economía organizada en empresas privadas, y, en sentido más amplio, las diversas coincidencias de intereses objetivos entre las instituciones económicas, militares y políticas; 2) las similitudes sociales y las afinidades psicológicas de los hombres que ocupan los puestos de mando en dichas estructuras, y especialmente el aumento de intercambio de los primeros puestos en cada una de ellas y el creciente movimiento entre unas y otras observado en las carreras de los hombres de poder; 3) las ramificaciones, hasta el grado de una totalización virtual, de las decisiones que se toman en la cima, y el ascenso al poder de una serie de hombres que, por educación e inclinación, son organizadores profesionales de gran fuerza y que desconocen las restricciones del adiestramiento de los partidos democráticos.
Negativamente, la formación de la élite del poder se funda en:
1) El relegamiento del político profesional y de partido a los niveles medios del poder; 2) el empate semiorganizado de los intereses de las localidades soberanas, en que ha caído la función legislativa; 3) la ausencia casi total de un servicio civil que constituya una fuente políticamente neutral, pero adecuada y precisa de experiencia intelectual y ejecutiva, y 4) el secreto oficial cada vez más grande que oculta las decisiones trascendentes, sin someterlas al debate de la opinión pública, ni incluso a los debates parlamentarios.
En consecuencia, el directorio político, los ricos de las corporaciones, y la influencia militar se han unido en la élite del poder, y las jerarquías ampliadas y centralizadas que encabezan, han usurpado los viejos equilibrios relegándolos a los niveles medios del poder. Ahora, la sociedad en equilibrio es un concepto que pertenece con exactitud a los niveles medios, y por este motivo el equilibrio es con frecuencia cuestión de fuerzas y demandas provinciales atrincheradas y nacionalmente irresponsables, más que un centro de poder y decisión nacional.
Pero ¿qué sucede con los sectores de la base? Mientras se han manifestado todas estas tendencias en la cima y el nivel medio, ¿qué ha sucedido con el gran público norteamericano? Si la cima aparece más poderosa, unificada y voluntariosa que nunca; si las zonas intermedias son, en creciente medida, un empate semiorganizado, ¿en qué condiciones se encuentra la base, el público en general? Ahora veremos que el auge de la élite del poder se funda en, y en ciertos aspectos forma parte de la transformación del pueblo de los Estados Unidos en una sociedad de masas.
Mills, C. Wright. La élite del poder. FCE, México, 1960 [1956].
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