Anthony Giddens: Tipos de sociedad (Sociología, Cap. 3) (1997)

Tipos de sociedad

Capítulo 3 del libro Sociología de Anthony Giddens.

Conceptos básicos
- Industrialización
- Sociedades industrializadas
- Globalización


Para comprender la diversidad cultural humana debemos tener una cierta idea de los diferentes tipos de sociedades que han existido a lo largo de la historia. En este capítulo nos ocupamos de los principales tipos de sociedades premodernas, concentrándonos en las transformaciones que ha sufrido el mundo social en los últimos tiempos. También tendremos en cuenta un acontecimiento reciente de alcance mundial, cuyas consecuencias nos afectan a todos en la actualidad, que es la desaparición de uno de esos tipos de sistemas: las sociedades del Segundo Mundo o comunismo soviético.

En primer lugar, nos ocuparemos de uno de los primeros tipos de sociedad, cuyos orígenes se remontan a miles de años atrás.


Las primeras sociedades: cazadores y recolectores

Durante toda nuestra existencia en este planeta, a excepción de una mínima parte, los seres humanos han vivido en sociedades cazadoras y recolectoras, constituidas por pequeños grupos o tribus que no suelen tener más de treinta o cuarenta miembros. Estos grupos se ganan la vida con la caza, la pesca y la recolección de plantas silvestres comestibles. Estas culturas aún perviven en algunas partes del mundo, como son unas pocas zonas áridas de África y las selvas de Brasil o Nueva Guinea. Sin embargo, la mayoría han sido destruidas o absorbidas por la expansión de la cultura occidental y aquéllas que han sobrevivido no tienen muchas posibilidades de permanecer intactas mucho más tiempo. En la actualidad menos de un cuarto de millón de personas en el mundo subsisten mediante la caza y la recolección (sólo el 0,001% del total de la población mundial) (véase la figura 3.1).

En comparación con otras sociedades más extensas -especialmente las de carácter industrial modernas, como Gran Bretaña y los Estados Unidos- en los grupos de cazadores y recolectores existen pocas desigualdades. Los bienes materiales que precisan se limitan a armas de caza, herramientas para cavar y construir, así como trampas y útiles de cocina. No existe, por tanto, mucha diferencia en el número o el tipo de posesiones materiales entre los distintos miembros de la sociedad; no hay una división entre ricos y pobres. Las diferencias de posición o rango suelen limitarse a las de edad y, sexo; los hombres son casi siempre los cazadores, mientras que las mujeres se dedican a la recolección de semillas silvestres, a cocinar y a criar a los hijos. Sin embargo, esta división entre hombres y mujeres es muy importante, ya que los hombres suelen dominar las actividades públicas y ceremoniales.

Los "ancianos" -los hombres de más edad y experiencia de la comunidad- tienen, por lo general, mucho que decir en las principales decisiones que afectan al grupo. Sin embargo, de la misma forma que existe escasa diferencia entre los miembros de la comunidad en cuanto a su riqueza, las diferencias de poder son también mucho menores que en otras sociedades más amplias. Las sociedades de cazadores y recolectores son normalmente "participativas", es decir, todos los adultos varones suelen reunirse cuando hay que tomar decisiones importantes o enfrentarse a una crisis.

Los cazadores y recolectores no se desplazan de un modo completamente errático. La mayoría poseen territorios fijos, dentro de los cuales migran cada año. Numerosas comunidades de este tipo carecen de miembros estables; a menudo las personas se cambian de campamento o bien los grupos se dividen y se unen a otros del mismo territorio.

A continuación está dibujada la figura 3.1 que marca la decadencia de las sociedades cazadoras y recolectoras a medida que la población fue aumentando.

Planisferio 1 - Población mundial: 10 millones - Porcentaje de cazadores: 100 - 10.000 a.C. América del Norte, a excepción de casi todo Canadá); América Central: totalidad; América del Sur: región Andina y sub-andina hasta centro de Argentina; África: totalidad; Australia: totalidad; y Asia toda con excepción de la península escandinava y la llanura siberiana.

Planisferio 2 - Población mundial: 350 millones - Porcentaje de cazadores: 1 - 1500 d.C. Canadá: totalidad; Alaska: totalidad; Centro Oeste de estados unidos: totalidad y Golfo de México; extremo sur de América del Sur; lugares aislados del centro de África; Golfo de Guinea extremo sur de África; Australia: totalidad; extremo noreste de Asia…

Planisferio 3 - Población mundial: 3.000 millones - Porcentaje de cazadores: 0,001 - Lugares aislados en todos los continentes.

Fuente: Richard B. Lee de Vore (eds.) Man the Hunter, Aldine de Gruyter, 1968, portada.


Los pigmeos mbuti

De los centenares de descripciones sobre sociedades cazadoras y recolectoras que se han escrito sólo nos detendremos en una para ilustrar su modo de vida: la sociedad de los pigmeos mbuti (pronunciado "mubuti"), que viven en una zona de Zaire (desde 1997 República Democrática del Congo), en África Central (Turnbull, 1983). Los mbuti viven en una zona muy boscosa y de difícil acceso para los forasteros. Conocen el bosque a la perfección y en él se encuentran a gusto. Hay abundante agua, plantas silvestres comestibles y animales para cazar. Las casas de los mbuti no son viviendas permanentes y están hechas a base de hojas que recubren una estructura de ramas. Se pueden montar en cuestión de horas y se abandonan cuando los mbuti se trasladan, cosa que ocurre continuamente, ya que nunca están más de un mes en un mismo sitio.

Los mbuti viven en pequeñas bandas, constituidas por cuatro o cinco familias. Las bandas constan de una serie de miembros permanentes pero nada impide que un individuo o una familia abandone un grupo y se una a otro. Nadie "dirige" las bandas, no existen jefes. Sin embargo, los hombres de más edad tienen el deber de acallar los "ruidos" -riñas y peleas que los mbuti creen que desagradan a los espíritus del bosque. Si un conflicto llega a ser realmente serio, los miembros de una banda se dividen y se unen a otra.

Los mbuti fueron estudiados por primera vez en los años sesenta, cuando su modo de vida tradicional aún estaba intacto. Desde entonces han sufrido profundas transformaciones. El mundo exterior se ha internado más y más en los bosques, y los mbuti están siendo absorbidos por la economía monetaria de los poblados que rodean el perímetro de los bosques. He hecho una descripción de su modo de vida en tiempo presente, pero ahora se encuentran al límite de la extinción. Lo mismo puede decirse de otros tipos de pequeñas sociedades tradicionales de las que hablaremos más adelante en este capítulo.


¿Las primeras "sociedades de la abundancia"?

A diferencia de los mbuti, la mayoría de las sociedades cazadoras y recolectoras que aún perviven están confinadas en zonas inhóspitas. Cabe la posibilidad de que dichos grupos vivan al borde del hambre, ya que el medio es demasiado duro para proporcionar más que lo mínimo imprescindible para subsistir. Hace tiempo que los cazadores y recolectores vienen siendo expulsados de las regiones más fértiles del mundo, y el hecho de que se encuentren en una situación en la que la supervivencia es una lucha constante ha llevado a muchos académicos a suponer que siempre vivieron en condiciones de escasez material. Pero lo más probable es que no fuera así en el pasado. Un destacado antropólogo, Marshall Sahlins, ha denominado a los cazadores-recolectores las "primeras sociedades de la abundancia", porque tenían más de lo necesario para satisfacer sus necesidades (Sahlins, 1972). Los antiguos cazadores y recolectores que vivían en las regiones más hospitalarias del mundo no tenían que emplear la mayor parte del día en el trabajo, "dedicados a la producción". Es probable que muchos trabajasen una media de horas al día inferior a la de los empleados de las modernas fábricas y oficinas.

Los cazadores y recolectores apenas tienen interés en crear una riqueza material más allá de lo estrictamente necesario para cubrir sus necesidades básicas. Sus principales preocupaciones son normalmente los valores religiosos y las actividades ceremoniales y rituales. Muchos cazadores y recolectores participan regularmente en elaboradas ceremonias, dedicando gran parte de su tiempo a la preparación de los vestidos, las máscaras, el maquillaje u otros objetos sagrados utilizados en tales rituales.

Algunos autores, especialmente los influidos por la sociobiología, han relacionado la preeminencia de la caza en estas sociedades con el impulso humano universal hacia la guerra pero, de hecho, las sociedades de cazadores y recolectores parecen poco belicosas, Los instrumentos utilizados para la caza son rara vez empleados como armas contra otros humanos. Ocasionalmente pueden producirse peleas entre diferentes grupos pero no suelen tener mucha trascendencia: las bajas son mínimas o nulas. La guerra, en el sentido moderno del término, es completamente desconocida entre los cazadores y recolectores, que carecen de guerreros especialistas. La caza es, en sí misma y sobre todo, una actividad cooperativa. Los individuos pueden salir a cazar solos, pero casi siempre comparten los resultados de esta actividad, por ejemplo, la carne de un cerdo salvaje o un jabalí, con el resto del grupo.

Los cazadores y recolectores no son meramente gente "primitivas" cuya forma de vida carece por completo de interés para nosotros. Estudiar su cultura nos permite ver más claramente que algunas de nuestras instituciones están lejos de ser rasgos "naturales" de la vida humana. Sin duda, no debemos idealizar las circunstancias en las que han vivido los cazadores y recolectores pero, a pesar de todo, la ausencia de guerras y de desigualdades importantes basadas en la riqueza y el poder, así como el énfasis en la cooperación más que en la competencia nos recuerdan y enseñan que el mundo creado por la moderna civilización industrial no es necesariamente sinónimo de "progreso".


Sociedades de pastores y agrarias

Hace unos veinte mil años, ciertos grupos de cazadores y recolectores empezaron a dedicarse a la cría de animales domésticos y al cultivo de trozos fijos de tierra como medio de supervivencia. Las sociedades de pastores son aquéllas que dependen principalmente de la ganadería doméstica, mientras que las sociedades agrarias cultivan (practican la agricultura). Numerosas sociedades han combinado la economía de pastoreo con la agraria.
Sociedades de pastores

Los pastores, dependiendo del medio en el que viven, crían y guardan vacas, ovejas, cabras, camellos o caballos. Hoy día siguen existiendo numerosas sociedades de pastores, concentradas principalmente en áreas de África, Oriente Medio y Asia central. Estas sociedades suelen encontrarse en regiones con extensas praderas, en desiertos o en las montañas. Dichas regiones no se prestan a una agricultura productiva pero si pueden alimentar a diversos tipos de ganado.

Por lo general, las sociedades de pastores migran de un área a otra según van cambiando las estaciones. Al disponer de tracción animal, atraviesan distancias mucho mayores que los pueblos cazadores y recolectores. En consonancia con sus hábitos nómadas, los habitantes de las sociedades de pastores no suelen acumular cuantiosas posesiones materiales, aunque su modo de vida es, en este sentido, más complejo que el de los cazadores y recolectores. Como la domesticación de animales proporciona un aporte regular de alimento, estas sociedades suelen ser más amplias que las comunidades de cazadores y recolectores. Algunas sociedades de pastores agrupan a un cuarto de millón de personas o incluso más.

Al recorrer grandes territorios, los pastores entran regularmente en contacto con otros grupos. Con frecuencia comercian, y también hacen la guerra. Muchas culturas basadas en el pastoreo han sido pacíficas, con el único deseo de atender a su ganado y de participar en los rituales y ceremonias de la comunidad. Otras han sido notablemente belicosas y se ganaban la vida mediante la conquista y el pillaje, y también cuidando animales. Las sociedades de pastores presentan mayores desigualdades de riqueza y poder que las comunidades cazadoras y recolectoras. En concreto, los jefes, líderes tribales o señores de la guerra a menudo ejercen un considerable poder personal.

E. E. Evans-Pritchard, que estudió a los nuer, una sociedad del sur de Sudán, en África (Evans-Pritchard, 1940), proporcionó la descripción clásica de una sociedad de pastores. El sustento de los nuer depende principalmente de la cría de vacas, aunque también tienen algunos cultivos. Viven en poblados que están a una distancia de entre ocho y treinta kilómetros. En los años treinta, cuando Evans-Pritchard realizó su estudio, los nuer eran unos 200.000 en total. Todos hablaban la misma lengua y seguían las mismas costumbres, pero carecían de una autoridad política central o de cualquier forma de gobierno. Los nuer se dividen en tribus que a veces colaboran entre sí pero, por lo general, viven separados.

Cada tribu posee su propia porción de tierra, delimitada normalmente por arroyos. Sin embargo, la tierra no tiene para los nuer una excesiva importancia, más allá del hecho de que es el lugar donde apacentar el ganado. Una parte del año, la estación seca, la pasan en campamentos cercanos a las lagunas. Gran parte de la vida de los nuer está ligada a su ganado, el cual es, en muchos sentidos, crucial para su cultura. Sienten un profundo desprecio por los pueblos vecinos que tienen poco o ningún ganado. Cada una de las etapas principales de la vida -nacimiento, entrada en la edad adulta, matrimonio y muerte- está marcada por rituales relacionados con el ganado. Con frecuencia, a los hombres se les llama por el nombre de su buey favorito y a las mujeres por el de la vaca que prefieren entre las que ordeñan.

Es muy habitual que las tribus nuer guerreen entre sí y también que creen alianzas para enfrentarse a un enemigo exterior. Del mismo modo que viven para su ganado guerrean en su nombre; por ejemplo, atacan a los cercanos dinka, otra sociedad de pastores, para robarles sus rebaños. Existe el siguiente dicho entre los nuer: "Ha muerto más gente por una vaca que por ninguna otra causa".


Sociedades agrarias

Parece que las sociedades agrarias surgieron aproximadamente en la misma fecha que las de pastores. En un momento dado los grupos de cazadores y recolectores empezaron a sembrar sus propios productos en vez de recolectar simplemente lo que crecía silvestre. Esta practica se utilizó por vez primera en lo que se conoce como "horticultura", el cultivo de pequeños huertos mediante simples azadones o instrumentos para cavar. Muchos pueblos del mundo siguen dependiendo principalmente de la horticultura para sobrevivir. (La figura 3.2 muestra cómo ha pervivido la forma de vida agrícola hasta nuestros días).

Al igual que el pastoreo, la horticultura proporciona un suministro de alimentos más seguro que la caza o la recolección y permite, por tanto, abastecer a comunidades más amplias. Al no ser nómadas, las culturas que viven de la horticultura pueden acumular una mayor cantidad de posesiones materiales que las comunidades de cazadores y recolectores. Una vez que los grupos se han asentado en un determinado territorio, pueden establecer comercio regular y vínculos políticos con otros poblados distantes. El comportamiento guerrero es común entre las sociedades hortícolas, aunque el nivel de violencia tiende a ser menos pronunciado que entre algunos grupos de pastores. Aquellos que cultivan no suelen ser diestros en las artes del combate; por el contrario, los hombres de las tribus de pastores nómadas pueden formar ejércitos de saqueadores.

Como ejemplo, nos ocuparemos de los gururumba, una tribu de Nueva Guinea con más de mil miembros que viven en seis poblados (Newman, 1965). En cada uno de ellos hay varios huertos vallados, dentro de los cuales diferentes familias poseen terrenos. Todos, adultos y niños sin excepción, se ocupan del cuidado de las tierras, aunque hombres y mujeres son responsables de distintos tipos de frutos y vegetales. Cada familia posee más de un terreno y cultiva diferentes plantas en cada época del año, de modo que su provisión de alimentos es constante. La cultura gururumba se basa en un complicado sistema de intercambio de regalos ceremonial entre las familias, a través del cual se puede lograr prestigio dentro de la comunidad. Así, la gente tiene unos huertos en los que cultiva lo que satisfará sus necesidades cotidianas y otros en los que siembra productos de "prestigio", que reciben mayor cuidado que los ordinarios.

Los gururumba también crían cerdos pero, en general, no para comerlos sino para intercambiarlos como regalos cuyo objeto es alcanzar una posición en la comunidad. Cada pocos años se celebra una gran fiesta del cerdo, en la que cientos de estos animales se sacrifican, cocinan y ofrecen como regalo. Como ocurre en los grupos de pastores, existe entre los gururumba una desigualdad mayor que en las culturas cazadoras y recolectoras. Los jefes y líderes tribales representan un papel destacado y existen diferencias considerables entre las riquezas materiales que poseen las personas.


Figura 3.2 - Persistencia de la forma de vida agrícola en comparación con las sociedades industrializadas actuales: porcentaje de trabajadores en la agricultura, 1990

Porcentaje de trabajadores en la agricultura:

Nepal - 91,7

Ruanda - 91,3

Uganda - 80,9

Etiopía - 74,5

Bangladesh - 68,5

Sociedades industrializadas:

Australia - 7,4

Japón - 6,4

Alemania - 4,6

Canadá - 3,3

Estados Unidos - 2,3

Gran Bretaña - 2,0

Fuente: Nikos Alexandratos (ed.), World Agriculture: Towards 2010: An FAO Study, FAO y John Wiley, 1995.


Civilizaciones no industriales o estados tradicionales

Aproximadamente desde el año 6000 a.C., tenemos pruebas de la existencia de sociedades de mayores dimensiones que las hasta entonces conocidas y que contrastan en ciertos sentidos con los tipos anteriores (Burns y Ralplh, 1974). Estas sociedades se basaban en el desarrollo urbano, presentaban desigualdades muy pronunciadas de riqueza y poder, y estaban relacionadas con el dominio de reyes o emperadores. Debido al hecho de que conocieron la escritura y un florecimiento de la ciencia y el arte, se las suele llamar civilizaciones. Sin embargo. y puesto que desarrollaron una forma de gobierno más estructurada que otras sociedades, el término estados tradicionales también se emplea para referirse a ellas.

La mayoría de los estados tradicionales eran también imperios; sus dimensiones eran fruto de la conquista y de la incorporación de otros pueblos (Eisenstadt, 1963; Claessen y Skalnik, 1978. Kautsky, 1982). Así fue, por ejemplo, en la antigua China y en Roma. En su apogeo, en el siglo I d.C., el imperio romano se extendió desde las Islas Británicas, en el noroeste de Europa, hasta más allá de Oriente Medio. El Imperio chino, que duró más de dos mil años. hasta el umbral de este siglo, cubría la mayo parte de la inmensa región del este de Asia ocupada en la actualidad por la China moderna. Hoy día no existe en el mundo ningún estado tradicional. Aunque algunos, como China y Japón, permanecieron prácticamente intactos hasta principios del siglo XX, todos han sido destruidos o absorbidos por sistemas más modernos.

Los primeros estados tradicionales se desarrollaron en Oriente Medio, sobre todo en las fértiles orillas de los ríos (véase la figura 3.3). El Imperio chino data del año 2000 a.C., un momento en el que también existían poderosos estados en los territorios que hoy ocupan India Y Pakistán. Existió un cierto número de estados tradicionales en Latinoamérica, como los aztecas de México y los incas del Perú. El establecimiento del Estado inca se remonta a un siglo antes de la llegada del conquistador español Pizarro, quien desembarcó en América del Sur en 1535 con un pequeño grupo de soldados. Sin embargo, mediante alianzas con otras tribus hostiles a los incas, logró con extremada rapidez la caída del Estado inca y su anexión a España. El suyo fue el primero de una serie de encuentros entre las influencias occidentales y los estados tradicionales que, finalmente, supondrían la desaparición de éstos.

-

Figura 3.3 - Algunas de las principales civilizaciones tradicionales del pasado, con su localización y fechas aproximadas (aunque todas atravesaron por períodos de expansión y declive). En el planisferio graficado abajo, indica: Mesoamérica - 300 a.C.- 1400 d.C.; Sudamérica - 600-1500 d.C.; Roma 400 a.C. - 400 d.C.; Grecia - 800-400 a.C.; Mesopotamia - 3.500-400 a.C.; China - 1800-300 a.C.; India - 2500-300 a.C.; Egipto - 3500-1000 a.C.


Los mayas

Como ejemplo de estado tradicional nos centraremos, en una tercera civilización americana, la de los mayas, asentada en la península de Yucatán, junto al golfo de México. La civilización maya floreció entre el año 300 y el 800 d.C. Los mayas levantaron complejos centros religiosos rodeados por sus hogares, todos construidos en piedra. Los santuarios religiosos adoptaron la forma de inmensas pirámides y en la cima de cada una de ellas había un templo. En Tikal, donde se encuentra la más alta de estas pirámides, la ciudad circundante tenía unos 40.000 habitantes. Se trataba del principal centro administrativo del Estado maya y, en realidad, de su capital.

La sociedad maya estaba gobernada por una clase aristocrática de sacerdotes guerreros. Eran los más altos dignatarios religiosos, aunque también eran jefes militares que luchaban en guerras constantes con los grupos cercanos. La mayoría de la población estaba constituida por campesinos a los que se exigía que entregaran una parte de su producción para la aristocracia gobernante, que vivía con cierto lujo.

No se sabe a ciencia cierta por qué desapareció la civilización maya, pero lo más probable es que fuese conquistada por las tribus vecinas. Cuando llegaron los españoles hacía tiempo que el Estado maya había desaparecido.


Rasgos del Estado tradicional

El Estado tradicional ha sido el único tipo de sociedad en la historia, antes de que surgiera la moderna industrialización, en el que una proporción significativa de la población no se ocupaba directamente en la producción de alimentos. En las comunidades cazadoras y recolectoras, así como en las sociedades de pastores y agrarias, había una división del trabajo bastante simple. La principal separación de tareas era la existente entre hombres y mujeres. Por el contrario, en los estados tradicionales existía un sistema ocupacional más complicado. Aún había una estricta división del trabajo por sexos y las tareas de las mujeres se limitaban principalmente al hogar y al campo. Sin embargo, entre los hombres, asistimos al surgimiento de oficios especializados, como es el caso del mercader, el cortesano, el administrador del gobierno y el soldado.

Existía también una división de clases elemental entre los grupos aristocráticos y el resto de la población. El gobernante era la cabeza de una de las "clases dominantes", que poseía el derecho exclusivo de acceder a las más altas jerarquías sociales. En términos materiales, los miembros de esta clase solían vivir con comodidades y lujos considerables. Por el contrario. las condiciones de vida de la mayor parte de la población solían ser muy duras. La posesión de esclavos era un rasgo común en estas sociedades.

Un número reducido de estados tradicionales surgieron mediante el comercio, en cuyo caso estaban gobernados por mercaderes, pero la mayoría se establecieron mediante una conquista militar o conllevaron un aumento sustancial de sus fuerzas armadas (McNeill, 1983; Mann, 1986). Los estados tradicionales asistieron a la aparición de ejércitos profesionales, anticipándose así a los modernos tipos de organización militar. El ejército de Roma, por ejemplo, era un cuerpo de hombres muy disciplinados y con un entrenamiento intensivo, que constituyó la base de la expansión del Imperio romano. En los estados tradicionales encontramos, además, el comienzo de la mecanización de la guerra. Las espadas, las lanzas, los escudos y el equipo para el asedio empleados por el ejército romano fueron manufacturados por artesanos especializados. En las guerras desatadas entre los estados tradicionales, y entre éstos y las tribus "bárbaras", las bajas eran mucho más numerosas de lo que habían sido hasta entonces.


El mundo moderno: Las sociedades industrializadas

En la actualidad, los estados tradicionales han desaparecido completamente de la faz de la Tierra. Aunque las sociedades cazadoras y recolectoras, así como las agrarias y de pastores, continúan existiendo en algunas regiones, sólo se encuentran en territorios relativamente aislados y, en muchos casos, incluso estos últimos ejemplos supervivientes se están desintegrando. ¿Qué ha ocurrido para que se hayan destruido las formas de sociedad que dominaron la historia hasta hace dos siglos? La respuesta, en una palabra, es la industrialización: el surgimiento de la producción mecánica, basada en el uso de fuentes de energía inanimada (como el vapor o la electricidad). Las sociedades industrializadas (a veces denominadas simplemente "sociedades modernas") son completamente diferentes de cualquier tipo de orden social previo y su desarrollo ha tenido consecuencias que van mucho más allá de sus orígenes europeos.

La industrialización comenzó en la Inglaterra del siglo XVIII, como resultado de la Revolución industrial, expresión esquemática que se aplica a una compleja serie de cambios tecnológicos que afectaron a la forma de ganarse la vida de las personas: entre ellos, la invención de nuevas máquinas (como la de hilar de varios ejes), el aprovechamiento de fuentes de energía (especialmente el agua y el vapor) para la producción y la aplicación del conocimiento científico a la mejora de la producción. Dado que los descubrimientos y las invenciones en un campo originan más en otros, el ritmo de innovación tecnológica en las sociedades industrializadas es extremadamente rápido, comparado con el de los sistemas sociales tradicionales.

Incluso en los estados tradicionales más avanzados, la mayoría de la población se dedicaba al trabajo de la tierra. El nivel, relativamente bajo, de desarrollo tecnológico sólo permitía a una pequeña minoría quedar libre delas tareas rutinarias de la producción agrícola. Por el contrario, una de las características principales de las sociedades industrializadas actuales es que la gran mayoría de la población activa trabaja en fábricas, oficinas o tiendas, en vez de en la agricultura. Además, más del 90% de las personas vive en centros urbanos en los que se encuentran casi todos los trabajos y se crean nuevas oportunidades de empleo. El tamaño de las grandes ciudades es mucho mayor que el de los asentamientos urbanos de las civilizaciones tradicionales. En estas ciudades la vida social es más impersonal y anónima que antes y muchos de nuestros encuentros cotidianos se producen con extraños y no con personas que conozcamos. Grandes organizaciones, como las corporaciones empresariales o los organismos gubernamentales, llegan a influir en la vida de casi todos.

-

A continuación, un recuadro de: Primeros tipos de sociedades humanas Tipo Período en el que existieron

Sociedades cazadoras Desde el 50000 a.C. hasta la y recolectoras actualidad (ahora a punto de desaparecer completamente).

Sociedades de pastores Desde el 12000 a.C. hasta la Actualidad. Hoy en día, la mayoría forman parte de estados Más grandes; su forma de vida tradicional se está perdiendo.

Sociedades agrarias Desde el 12000 a.C. hasta la actualidad. La mayoría ahora son parte de entidades políticas mayores y están perdiendo su identidad diferenciada.

Estados o civilizaciones Desde el 6000 a.C. hasta el Tradicionales siglo XIX. Todos los estados tradicionales han desaparecido.

-

A continuación las características de los primeros tipos de sociedades humanas del recuadro anterior:

Características de las sociedades de cazadoras y recolectoras: Se componían de pequeños grupos de personas que se ganaban el sustento mediante la caza, la pesca y la recolección de plantas comestibles.

Pocas desigualdades.

Las diferencias se rango se limitaban a las de edad y sexo.

Características de las sociedades de pastores: Dependían del cuidado de animales domésticos para su subsistencia material. El tamaño de los grupos variaba desde unos pocos cientos de personas a muchos miles.

Marcados por ciertas desigualdades.

Gobernados por jefes o reyes guerreros.

Características de las sociedades agrarias: Compuestos por pequeñas comunidades rurales, sin pueblos o ciudades.

Su forma de vida era la agricultura, que solía complementarse con la caza y la recolección.

Más desigualdades que entre los cazadores y recolectores.

Gobernados por jefes.

Características de los Estados o civilizaciones tradicionales: Basadas principalmente en la agricultura. Existían algunas ciudades, en las que se concentraba el comercio y la manufactura.

De gran tamaño, algunas llegaban a tener millones de personas (aunque son pequeñas en comparación con las sociedades industrializadas modernas).

Aparato de gobierno bien diferenciado y encabezado por un rey o emperador.

Hay desigualdades importantes entre las diferentes clases.

-

Otra de las características de las sociedades industrializadas se refiere a sus sistemas políticos, mucho más desarrollados y concentrados que las formas de gobierno de los estados tradicionales, en las que las autoridades políticas (monarcas o emperadores) tenían poca influencia directa en las costumbres y hábitos de la mayor parte de sus súbditos, quienes vivían en poblados bastante autosuficientes. Con la industrialización se aceleraron el transporte y las comunicaciones, favoreciéndose así la creación de una comunidad "nacional" más integrada.

Las sociedades industrializadas fueron los primeros estados-nación: comunidades políticas separadas por fronteras claramente delimitadas y no por las vagas arcas de demarcación que solían mediar entre los estados tradicionales. Los gobiernos de los estados-nación disfrutan de amplios poderes sobre numerosos aspectos de la vida de los ciudadanos y desarrollan leyes que se aplican a todos los que viven dentro de sus fronteras. Gran Bretaña, por ejemplo, es un Estado-nación, como lo son prácticamente todas las sociedades del mundo actual.

La aplicación de la tecnología industrial no se ha visto en modo alguno limitada a las actividades pacíficas del desarrollo económico. Desde las fases iniciales de la industrialización los modernos procesos de producción han tenido aplicaciones militares, lo cual ha alterado radicalmente la forma de librar las guerras, creando armamento y formas de organización militar mucho más avanzadas que las que poseían las culturas no industriales. La combinación entre mayor fuerza económica, cohesión política y poder militar subyacen en la expansión, aparentemente irresistible, de las formas de vida occidentales por todo el mundo durante los dos últimos siglos.


Gran Bretaña como ejemplo de sociedad industrializada

Gran Bretaña es uno de los doscientos países que existen en el mundo actual y, por lo que respecta a su extensión y población, es pequeño en comparación con otros. Tiene 58 millones de habitantes. Sin embargo, Alemania, otro de los países industrializados, tiene 81 millones, Japón 125 y los Estados Unidos 258. Sin embargo, aunque su tamaño sea relativamente pequeño, Gran Bretaña tiene más población de la que nunca tuvo el Imperio romano en su apogeo, lo cual indica hasta qué punto ha aumentado la densidad de población en el mundo respecto a la de hace dos mil años.

El carácter industrial de Gran Bretaña queda patente en el escaso número de personas que se dedica a la agricultura: menos de un 2% de la población activa. Al igual que otros estados industrializados, Gran Bretaña importa muchos alimentos de todo el mundo, como el té del sudeste asiático, manzanas de Nueva Zelanda, vino de Francia y miles de productos alimenticios de otros países. Sin embargo, el 2% que trabaja en la agricultura produce más que suficiente para alimentar al conjunto de la población del país.

Si tenemos en cuenta los ingresos medios per cápita, la sociedad británica no es rica, ya que, si clasificamos los países industrializados en función de este concepto, sólo ocupa el puesto número 21. A la cabeza está Suiza, después Luxemburgo y a continuación Japón. Sin embargo, los británicos son muy ricos comparados con la mayoría de la población en las sociedades premodernas, y con la mayoría de los países del Tercer Mundo, en la actualidad.

Gran Bretaña es lo que a veces se denomina una sociedad del Primer Mundo, para diferenciarla de los países del Segundo Mundo y del Tercero. De estas naciones nos ocupamos a continuación.


Las sociedades del Primer, Segundo y Tercer Mundo

Orígenes de la división

Desde el siglo XVII hasta comienzos del XX los países occidentales fundaron colonias en numerosas áreas previamente ocupadas por sociedades tradicionales, empleando su mayor fuerza militar allí donde se consideró oportuno. Aunque prácticamente todas estas colonias han conseguido hoy su independencia, el colonialismo fue crucial en la transformación del mapa social y cultural del globo, tal como hoy lo conocemos. En ciertas regiones, como Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda, que estaban habitadas únicamente por pequeñas comunidades de cazadores y recolectores, los europeos se convirtieron en la mayoría de la población. En otras áreas, incluyendo la mayor parte de Asia, África y Sudamérica, las poblaciones locales continuaron siendo mayoritarias.

Las sociedades pertenecientes al primero de estos tipos, incluyendo los Estados Unidos, se han industrializado. Las de la segunda categoría se encuentran por lo general a un nivel de desarrollo industrial muy inferior y suelen denominarse sociedades del Tercer Mundo, grupo en el que se incluyen China, la India, la mayoría de los países africanos (como Nigeria, Gana y Argelia) y muchos de Sudamérica (por ejemplo, Brasil, Perú y Venezuela). Dado que muchas de estas sociedades se encuentran al sur de los Estados Unidos y de Europa, a menudo se alude a ellas como el sur, en contraste con el Norte, más rico e industrializado.

El término "Tercer Mundo" fue, en su origen, parte del contraste existente entre los tres principales tipos de sociedad de principios del siglo XX. Los países del Primer Mundo eran (y son) los países industrializados de Europa, los Estados Unidos, Australasia (Australia, Nueva Zelanda, Tasmania y Melanesia) y Japón. Casi todas las sociedades del Primer Mundo tienen sistemas de gobierno multipartidistas y parlamentarios. El término Segundo Mundo denominaba las sociedades comunistas de lo que era entonces la Unión Soviética (URSS) y Europa del Este, incluyendo Checoslovaquia, Polonia, Alemania del Este y Hungría. Las sociedades del Segundo Mundo tenían economías de planificación centralizada, que concedían un escaso papel a la propiedad privada o a la competencia entre empresas.


La Unión Soviética como sociedad del Segundo Mundo

La Unión Soviética tenía una forma muy característica de organización social, política y económica. Fundamentalmente, era una comunidad compuesta por diferentes grupos nacionales y culturas. Rusia era el mayor de ellos y el ruso el idioma oficial de la unión, Sin embargo, también se hablaban otras muchas lenguas, como letón, alemán, árabe o georgiano.

El gobierno de la Unión Soviética se hallaba controlado por el Partido Comunista que, basado en una variante del marxismo (véase el Capítulo 1, pp. 9-10), propiciaba un sistema de partido único. El Partido Comunista dominaba tanto el sistema político como el económico. Los países del Primer Mundo son capitalistas y tienen economías de mercado: las empresas son de propiedad privada y compiten entre sí para vender sus productos a los consumidores. Por el contrario, en la Unión Soviética y Europa del Este, gran parte de la industria y la agricultura era propiedad del Estado: había pocos negocios en manos privadas.

Siguiendo las enseñanzas de Marx, los líderes comunistas creían que un sistema de producción de propiedad colectiva resultaría más próspero que el de libre mercado occidental, pero esto no fue así. La Unión Soviética y las sociedades del Este de Europa eran autoritarias desde el punto de vista político y económicamente ineficientes. Estas limitaciones condujeron a su caída (para más información, véase el Capítulo 13).

Con el derrumbe del comunismo en 1989, la Unión Soviética se desintegró. Rusia volvió a ser un solo Estado. como lo había sido hasta la Revolución de 1917, y otras muchas regiones se constituyeron en estados independientes, como Ucrania, Georgia o Lituania.

Durante unos setenta y cinco años la historia del mundo se vio influida por la rivalidad entre la Unión Soviética y los países del Este de Europa, por un lado, y las sociedades capitalistas occidentales y Japón, por otro. Hoy día esta rivalidad ya no existe y, con el fin de la Guerra Fría y la desintegración del comunismo en la antigua URSS y el Este de Europa, el Segundo Mundo, en realidad. ha desaparecido.


El fin del Segundo Mundo

Rusia y las sociedades que antes se consideraban Segundo Mundo están hoy en día realizando su transición hacia un sistema competitivo de mercado como el de los países occidentales. También están intentando constituir instituciones políticas democráticas, basándose en modelos de Occidente.

Lo que está ocurriendo en Rusia y en los antiguos países comunistas podría parecer de poca importancia, por ejemplo, para Gran Bretaña, pero no es así. Al igual que el resto de las sociedades industrializadas, el Reino Unido está cada vez más inmerso en una economía global en la que los acontecimientos que tienen lugar en otras partes del mundo tienen un efecto inmediato en sus actividades. Por ejemplo, lo que ocurre en la ex Unión Soviética podría, en realidad, condicionar el hecho de que usted, cuando deje la universidad, pueda encontrar un buen empleo o, simplemente, un trabajo, ya que el mantenimiento de la prosperidad económica depende de que las condiciones económicas permanezcan estables en todo el mundo. Si Rusia consiguiera desarrollarse económica y políticamente, Gran Bretaña podría beneficiarse del establecimiento de un comercio prospero entre ambos países. Sin embargo, un colapso económico en las sociedades de la antigua URSS podría conllevar consecuencias negativas también para la estabilidad social y económica de otros países.


Las sociedades del Tercer Mundo

El término Tercer Mundo (acuñado por el demógrafo francés Alfred Sauvy) se ha convertido en una forma convencional de referirse a las sociedades menos desarrolladas pero, en algunos aspectos, no resulta muy satisfactorio. La etiqueta parece indicar que esas sociedades están bastante alejadas de los países industrializados y que constituyen un mundo aparte del nuestro. Sin embargo, esto no es cierto en absoluto, ya que hace mucho tiempo que existen lazos recíprocos entre las sociedades del Tercer Mundo y los países industrializados. Dichas sociedades fueron configuradas por el impacto del colonialismo (véase la figura 3.4) y por los vínculos comerciales fraguados con los estados occidentales. A su vez, las conexiones que Occidente estableció con otras partes del mundo han influido considerablemente en su propio desarrollo. Por ejemplo, el hecho de que exista una gran población negra en los Estados Unidos y Brasil es un resultado del "comercio de personas" -esclavos- que desarrollaron los colonizadores.

La gran mayoría de las sociedades del Tercer Mundo se encuentran en áreas que tuvieron gobiernos coloniales: en Asia, África y Sudamérica. Una o dos son todavía colonias (Hong-Kong, por ejemplo, fue colonia británica hasta 1997, cuando se cumplieron los acuerdos de traspaso de poderes a China). Unas pocas áreas colonizadas lograron pronto su independencia, como Haití, que se convirtió en la primera república negra independiente en enero de 1804. Las colonias españolas en América del Sur alcanzaron su libertad en 1810 y Brasil se liberó del control portugués en 1822.

En algunos de los países que nunca fueron gobernados por Europa las relaciones coloniales no tuvieron menos influencia; el ejemplo más notable es el de China, que, desde el siglo XVII, fue obligada por la fuerza de las armas a suscribir acuerdos comerciales con las potencias europeas, a las que se concedía el gobierno de algunas áreas, entre ellas puertos importantes. Hong-Kong era el último de ellos. La mayoría de las naciones del Tercer Mundo no lograron su independencia hasta después de la Segunda Guerra Mundial, a menudo después de sangrientas luchas anticoloniales. Así fue, por ejemplo, en la India, varios países asiáticos (como Birmania, Malasia y Singapur) y africanos (incluyendo, por ejemplo, Kenia, Nigeria, Zaire, Tanzania y Argelia).

Aunque haya pueblos que vivan de forma tradicional en los países del Tercer Mundo, su forma de vida está muy alejada de las primeras manifestaciones de la sociedad tradicional. Sus sistemas políticos siguen modelos occidentales, es decir, son estados-nación. Aunque la mayoría de la población todavía vive en áreas rurales, muchas de estas sociedades están experimentando un rápido desarrollo urbano. A pesar de que la agricultura sigue siendo la principal actividad económica, ahora es frecuente que se cultive para los mercados mundiales y no para el consumo local.

Las condiciones de vida en las sociedades más pobres no sólo no han mejorado sino que se han deteriorado en los últimos años. Se calcula que en 1993 vivían en la pobreza 1.200 millones de personas en los países del Tercer Mundo, casi un cuarto de la población mundial. Alrededor de la mitad de los pobres del mundo viven en el Sudeste Asiático, en países como la India, Birmania y Camboya. Cerca de un tercio se concentran en África y el resto se encuentran en América Central y del Sur. Entre 1984 y 1994 el nivel de vida africano descendió un 2% al año. El paro ha aumentado un 400%, por lo que hay más de 100 millones de personas desempleadas. El África subsahariana también padece una gran deuda exterior, cuyo volumen total se ha multiplicado por 3. Los pagos por esa deuda ascienden, cada año, a más de cuatro veces la cifra que los gobiernos africanos emplean en sanidad y gastos sociales.


La India como ejemplo de país del Tercer Mundo

La India y China son, sin duda, los países más grandes del mundo en cuanto a su población. En la India viven 900 millones de personas y en China 1.200 (un número veintidós veces más alto que el del Reino Unido). Los británicos comenzaron a colonizar la India hace unos dos siglos y la convirtieron en parte de su imperio. El país se independizó después de la Segunda Guerra Mundial pero se dividió en dos estados: Pakistán, de mayoría musulmana, se separó de la parte principal de la India, donde predomina el hinduismo.

-

Figura 3.4 Colonización europea de África: mapa de principios del siglo XX que muestra las "posesiones" de las potencias europeas desde el siglo XVIII:

Británicas: Sierra Leona (1787); Marruecos Español (1912); Egipto (1882-1936); Sudán anglo-egipcio (1883-1898); Somalia Británica (1884); Kenia (1895); Uganda (1894); Rodesia del norte (1889), Rodesia del Sur (1889); África Sudoccidental (1884); protectorado de Bechunilandia (1895);Unión Sudafricana (1806,1910); Nigeria (1886 - 1903);

Francesas: Marruecos francés (1912); Argelia (1830-1892); África occidental francesa (1889 - 1892); Ashanti, Costa de Oro (1871-1896). África ecuatorial francesa (1884); Madagascar (1643-1886); Somalia francesa (1881)

Belgas: Congo Belga, Luanda y Burundi (1885)

Portuguesas: Mozambique (1500); Angola (1891)

Italianas: Etiopía (1936); Somalia italiana (1889): Libia

(1912)

Españolas: Río de Oro

Estados Nativos Independientes: Liberia.

-

La India sigue siendo un país mayoritariamente agrícola: el 33% de la población activa trabaja en este sector. La esperanza de vida media es mayor que la de muchos otros países en desarrollo, pero mucho menor que la habitual en las naciones industrial izadas. En 1996, este indicador, tanto para hombres como para mujeres, se situaba en la India en 63 años, mientras que en Gran Bretaña es actualmente 74 años para los hombres y 79 para las mujeres; en Japón. donde la gente suele vivir más que en cualquier otra parte, es de 77 años para los hombres y 83 para las mujeres.

A diferencia de la mayoría de los países del Primer Mundo, la India es una sociedad en la que la población aún sigue aumentando rápidamente, lo cual ejerce una presión enorme sobre los recursos económicos y educativos. Sólo el 50% de la población india sabe leer y escribir (el 99% en Gran Bretaña). En las tres últimas décadas muchas personas han abandonado las zonas rurales para ir a las urbanas, y ciudades como Delhi, Calcuta y Bombay albergan un número muy elevado de habitantes, muchos de los cuales duermen en la calle y carecen de trabajo.

Sin embargo, sería un error considerar que la India sólo "va a remolque" de los países occidentales. Su cultura, heredera de una larga historia como civilización tradicional, es rica y variada y en la actualidad se está produciendo en el país un rápido proceso de desarrollo económico. En la India hay un elevado número de personas muy pobres, que han de vivir al día, pero también hay millones de ricos e industrias prósperas, incluyendo las del sector de alta tecnología. Puede que sus ciudades estén superpobladas pero en ellas también hay zonas elegantes Y distinguidas como las que se pueden encontrar en los países del Primer Mundo.


La pobreza en el Tercer Mundo

En la mayoría de los países del Tercer Mundo, la pobreza más extrema suele encontrarse en las áreas rurales. La desnutrición, la falta de educación, la baja esperanza de vida y el número de infraviviendas suelen aumentar en el campo. Muchos de los pobres se encuentran en zonas donde la tierra cultivable es escasa, la productividad agrícola baja y frecuentes la sequía o las inundaciones. Normalmente las mujeres están en mayor desventaja que los hombres. Tropiezan con problemas culturales, sociales y económicos que no tienen ni los varones más desfavorecidos. Por ejemplo, a menudo trabajan más horas que ellos y, si se las pagan, el salario es más bajo.

Para los británicos o para los habitantes de otras sociedades industrializadas, las condiciones de vida de los pobres en el Tercer Mundo son casi inimaginables. Muchas personas no tienen siquiera una vivienda permanente, aparte de refugios hechos de cartones o trozos de madera, La mayoría no disponen de agua corriente. alcantarillado o electricidad.

No obstante, también hay millones de pobres en Gran Bretaña, Europa y los Estados Unidos y existe una conexión entre la pobreza de estas sociedades y el conjunto de la pobreza en el mundo. En los Estados Unidos, casi la mitad de los pobres proceden del Sur, lo mismo que los descendientes de los esclavos negros que fueron llevados a la fuerza a América hace siglos y de los que deciden emigrar desde Latinoamérica, Asia y otras zonas.


Los países de reciente industrialización

El Tercer Mundo no es una unidad y, si bien la mayoría de los países que lo componen está muy retrasada con respecto a las sociedades occidentales y de Europa del Este, algunos se han embarcado con éxito en un proceso de desarrollo industrial. A veces se les denomina países de reciente industrialización (NICs en sus siglas Inglesas) y entre ellos se encuentran Brasil y México en América del Sur, junto a Hong-Kong, Corca del Sur, Singapur y Taiwán en Asia Oriental.

Las tasas de crecimiento económico de los NICs más boyantes, como Taiwán, son varias veces las de la mayoría de las economías industriales occidentales. En 1968 ningún país del Tercer Mundo figuraba entre los treinta primeros exportadores de productos manufacturados del mundo, pero veinticinco años después Hong-Kong y Corca del Sur estaban entre los quince primeros.

Desde comienzos de los noventa los NICs asiáticos han tenido los niveles más sostenidos de prosperidad económica. Están invirtiendo en el extranjero al tiempo que promueven el crecimiento interior. La producción de acero de Corea del Sur se ha duplicado en la última década y, sus astilleros e industrias electrónicas se cuentan entre las principales del mundo. Singapur se está convirtiendo en el principal centro financiero y comercial del Sudeste Asiático. Taiwán tiene una importante presencia en la industria manufacturera y en la electrónica. Todos estos procesos han influido directamente en Gran Bretaña, cuya importancia en la producción mundial de acero, por ejemplo, ha disminuido considerablemente en los últimos treinta años.

Las formas de vida están cambiando rápidamente en estas sociedades y los países más ricos de Asia se están lanzando con entusiasmo a un nuevo mundo de consumo.

Los oropeles de la riqueza y el consumo conviven con la familia y el matrimonio tradicionales y, a veces en las zonas rurales, con la economía agrícola de subsistencia y la pobreza.

-

Nota al pie: Un nuevo rico asiático tiene un aspecto parecido a éste: lleva camisas y corbatas de Ferragamo, luce un reloj Cartier o Rolex, tiene un maletín Louis Vuitton, firma con una Pluma Montblanc, va a trabajar en un llamativo BMW, habla por teléfono sin parar en su Motorola portátil, siempre paga con su tarjeta American Express, viaja en Singapore Airlines, tiene un piso en la ciudad y una casa en el campo. (Naisbitt 1995. p. 3 l.)

-

A continuación se muestra un cuadro de las sociedades del mundo moderno, su tipo, el período de existencia y sus características.

Sociedades del mundo moderno

Tipo: Sociedades de Primer Mundo - Período de existencia: desde el siglo XVIII hasta hoy - Características: Se basan en la producción industrial y generalmente en el libre mercado.

La mayoría de la población vive en centros urbanos, pocos en las actividades agrícolas.

Importantes desigualdades de clase, aunque menos acusadas que en los estados tradicionales.

Comunidades políticas o estados-nación diferenciados, entre ellas los países occidentales, Japón, Australia y Nueva Zelanda.

Tipo: Sociedades del Segundo Mundo - Período de existencia:

Desde principios del siglo XX (después de la revolución rusa de 1917) hasta principios de los años noventa. - Características: Se basan en la industria pero el sistema económico es de planificación centralizada.

Una pequeña parte de la población trabaja en la agricultura; la mayoría vive en centros urbanos.

Subsisten diferencias de clase importantes.

Comunidades políticas o estados-nación diferenciados.

Hasta 1989 este grupo se componía de la Unión Soviética y de Europa del Este pero importantes cambios políticos y sociales comenzaron a transformar estos países en sistemas de economía de mercado, entrando a formar parte del Primer Mundo.

Tipo: Sociedades del Tercer Mundo - Período de existencia: - Desde el siglo XVIII (generalmente como áreas colonizadas) hasta el presente. - Características: La mayoría de la población trabaja en la agricultura, utilizando métodos de tradicionales.

Parte de la producción se vende en los mercados mundiales.

Algunos tienen economías de mercado, otros planificación centralizada.

Comunidades políticas o estados-nación diferenciados, entre ellos China, la India y la mayoría de los países africanos y sudamericanos.

Tipo: Países de reciente industrialización - Período de existencia: - Desde los años setenta hasta hoy. - Características: Sociedades antes pertenecientes al Tercer Mundo y hoy basadas en la producción industrial y, en general, en el libre mercado.

La mayoría de la población vive en centros urbanos, pocos trabajan en la agricultura.

Importantes desigualdades de clase, más acusadas que en las sociedades del Primer Mundo. Los ingresos per cápita son considerablemente menores que los de las sociedades del Primer Mundo.

Entre estos países se incluye Hong-Kong, Corea del Sur, Singapur, Taiwán, Brasil y México.


El cambio social hoy: La globalización

La próxima vez que vaya a la tienda o al supermercado más próximos eche un vistazo a la gran variedad de productos que se le ofrecen. El que todos ellos estén disponibles para quien pueda permitírselos es algo que los occidentales hemos llegado a dar por hecho, aunque tal situación dependa de relaciones económicas de una sorprendente complejidad y con ramificaciones por todo el mundo. Esos productos se han hecho con ingredientes o piezas de un centenar de países, hay que transportarlos de un extremo a otro del mundo y son necesarios flujos de información constantes para coordinar los millones de transacciones diarias que conllevan.

El antropólogo Peter Worsley ha escrito que "hasta nuestros días, la sociedad humana nunca ha existido" (Worsley, 1984, p.1), queriendo decir que hasta hace poco tiempo no podíamos hablar de formas de asociación que abarcaran a toda la Tierra. En muchos sentidos, el mundo se ha convertido en un sistema social único, a consecuencia de los crecientes vínculos de interdependencia que ahora nos influyen prácticamente a todos. El sistema social no es sólo un medio en el que determinadas sociedades - como Gran Bretaña- se desarrollan y cambian. Las relaciones sociales, políticas y económicas que traspasan las fronteras de los países condicionan de forma decisiva el destino de todos sus habitantes. El término general que denomina esta creciente interdependencia es globalización.

Ninguna sociedad del mundo vive ya completamente separada de las demás e, incluso en los países más ricos, todos dependen de los productos que se traen del exterior. En Gran Bretaña, por ejemplo, casi todas las televisiones que se venden han sido manufacturadas en el extranjero, principalmente en Extremo Oriente. Otro ejemplo es el de la industria automovilística. Hace unos cuarenta años la producción estadounidense en este sector era mayor que la del conjunto del resto del mundo. Hoy en día, los Estados Unidos son sólo el tercer fabricante de coches y Japón y Europa producen más. Además, los componentes automovilísticos se hacen en muchos países diferentes. Un Ford Mondeo, por ejemplo, se compone de piezas producidas en ciento doce sitios diferentes, situados en dieciséis países y en tres continentes. El mismo nombre "Mondeo" da una idea del carácter global de esta industria. Los procesos de globalización han sido muy beneficiosos para muchas personas de las sociedades industrializadas: se puede elegir entre muchos más productos y alimentos que antes. Al mismo tiempo, el hecho de que todos estemos atrapados en un mundo mucho más amplio ha hecho posible que surjan algunos de los problemas más importantes a los que nos enfrentamos.

Los procesos de globalización están entre las transformaciones actuales más importantes. El estudio sociológico que sólo se ocupa de una sociedad resulta cada vez más arcaico, ya que el destino de los seres humanos tiende a ser común. Los problemas fundamentales que rodean la vida humana, como el deterioro ambiental o la necesidad de evitar enfrentamientos militares a gran escala, tienen necesariamente un carácter global.


Conclusión

A pesar de la creciente interdependencia económica Y cultural, el nuevo orden global está plagado de desigualdades y dividido en un mosaico de estados cuyas preocupaciones son divergentes y también comunes. A corto plazo, no parece que vaya a producirse una convergencia política que supere los intereses enfrentados de los países. Una de las características más preocupantes de esta sociedad mundial es que, a pesar de la existencia de las Naciones Unidas, la creciente globalización no va acompañada de la integración política ni tampoco de la reducción de las desigualdades de riqueza y poder internacionales.


Resumen

1. Se pueden distinguir diversos tipos de sociedades premodernas (anteriores al desarrollo de las industriales). En las sociedades cazadoras y recolectoras no se criaba ganado ni se cultivaba, sino que la población vivía de la recolección de plantas y de la caza de animales. Las sociedades de pastores son aquéllas en las que la cría de animales domésticos proporciona el principal medio de vida, mientras que las agrarias dependen del cultivo de terrenos fijos, tienen mayores dimensiones, están más desarrolladas y forman estados o civilizaciones tradicionales.

2. El desarrollo y expansión de Occidente condujo a la conquista de numerosas zonas del mundo, alterándose así de un modo radical sistemas sociales y culturas muy arraigadas. Este proceso estuvo asociado al colonialismo: la imposición del gobierno y del dominio occidentales.

3. En las sociedades industrializadas la producción industrial se convierte en la base principal de la economía. Entre los países industrializados del Primer Mundo se incluyen las naciones "occidentales", además de Japón, Australia y Nueva Zelanda.

4. Los países del Segundo Mundo eran sociedades industrializadas regidas por gobiernos comunistas. Con las revoluciones de 1989 en la Europa del Este, que condujeron a la caída del comunismo, allí y en la antigua Unión Soviética, las sociedades del Segundo Mundo dejaron de existir.

5. Los países del Tercer Mundo, o en vías de desarrollo, en los que vive la mayoría de la población mundial, fueron casi todos anteriormente áreas colonizadas. La mayoría de la población trabaja en la producción agrícola. Aunque estas sociedades suelen ser pobres en comparación con las naciones industrializadas, existe un grupo minoritario (los NICs, o países de reciente industrialización) que han experimentado recientemente un rápido crecimiento económico.

6. Los países del mundo se han hecho cada vez más interdependientes y este proceso se conoce con el nombre de globalización. El desarrollo de relaciones sociales a escala mundial conlleva grandes desigualdades entre las sociedades industriales y las del Tercer Mundo.

7. La globalización afecta hoy en día a la vida de las personas de todos los países, ricos y pobres, alterando no sólo los sistemas globales sino también la vida cotidiana. La globalización no ha producido un mundo unificado sino que, al contrario, ha creado algunas de las principales divisiones y conflictos que se analizan en diversos capítulos de este libro.


Lecturas complementarias

Brian M. Fagan (1992): People of the Earth, Londres, HarperCollins. La última edición de una autorizada investigación sobre los orígenes y el desarrollo de las diferentes formas de la cultura humana.

Stephan Haggard (1990): Pathways from the Periphery - the Politics of Growth in the Newly Industrialized Countries, Ithaca, Nueva York,

Cornell University Press. Un análisis de los aspectos políticos y económicos de la industrialización en los países en vías de desarrollo.

Leslie Holmes (1996): Post-Communism: An Introduction, Cambridge, Polity Press. El primer análisis general realizado por un sólo autor de las sociedades posteriores al colapso del dominio comunista en Europa Oriental y la URSS.

Sheilagh C. Ogilvie y Markus German (eds.) (1996): European Proto-industrialization, Cambridge, Cambridge University Press. Un extenso análisis de los procesos de industrialización en Europa.

Robert Skidelsky (1995): The World after Communism: A Polem- ic for Our Times, Londres, Macmillan. Un análisis del posible futuro para las sociedades de Europa Oriental después de la caída del comunismo.


Términos importantes
- Sociedades cazadoras y recolectoras
- Sociedades de pastores
- Sociedades agrarias
- Estados tradicionales
- Estado-nación
- Colonialismo
- Tercer Mundo
- Primer Mundo
- Segundo Mundo
- Países de reciente industrialización.

Anthony Giddens: Tipos de sociedad (Sociología, Cap. 3) (1997)
Anthony Giddens: Tipos de sociedad (Sociología, Cap. 3) (1997)

Sociología (1997)

Anthony Giddens

Cap. 3: Tipos de sociedad

Alianza Editorial S.A., Madrid, 2000

Comentarios

Entradas populares de este blog

La sociología de Pierre Bourdieu: Habitus, campo y espacio social

Berger y Luckmann: Resumen de La sociedad como realidad subjetiva (Cap. 3 de La construcción social de la realidad, 1966)

Ely Chinoy: Cultura y sociedad (La sociedad, 1966)

Peter Berger: Para comprender la teoría sociológica

Enrique Vescovi: Introducción al derecho (Cap. 1: El derecho desde el punto de vista objetivo)

Giovanni Sartori: La política. Lógica y método en las ciencias sociales (Cap. III: El método) (1991)

Macionis y Plummer: Desigualdad y estratificación social (Cap. 8)

Teoría de la privación relativa de Robert Merton (Teoría y Estructura Social, 1949)

Robert Merton: Estructura social y anomia (Cap. 6 de Teoría y estructura sociales, 1949)

Gianfranco Bettin: Park, Burgess y McKenzie, Los sociólogos de la ciudad (1979)