Ely Chinoy: Grupos Sociales (Introducción a la Sociología, Cap. 4) (1971)

Grupos sociales

Ely Chinoy


Tomado del Cap. IV de Introducción a la Sociología. Conceptos básicos y aplicaciones.


Hemos dicho que la vida humana es vida de grupo. El individuo aislado –ya se trate del "noble salvaje" de Rousseau o del hombre presocial de Hobbes- no es más que una fantasía del filósofo. Salvajes o civilizados, cazadores, pescadores o campesinos, habitantes del desierto, de la montaña o de la llanura, los seres humanos viven siempre unos con otros. Por consiguiente, el conocimiento de los grupos en que viven es de una importancia decisiva para la comprensión de su conducta.

Un grupo social se compone de un cierto número de personas unidas por una red o sistema de relaciones sociales. Sus miembros interactúan entre sí en una forma más o menos estandarizada, esto es, dentro de las normas o "standards" aceptados por el grupo. Sus relaciones e interacción se basan en gran parte en un sistema de roles y de status interrelacionados. En mayor o menor medida, están amalgamados por un sentido de identidad o de semejanza de intereses que les permite diferenciar a sus miembros de quienes no lo son.

Al definir así el grupo social hemos restringido el significado que convencionalmente se le suele asignar al término "grupo", limitando su referencia y precisándolo. Por lo tanto, debemos distinguir entre un grupo social como tal, y una cantidad de gente que, aunque no esté ligada por una red de relaciones, ni se halle en interacción pautada o tenga siquiera conciencia de su identidad, puede ser considerada en forma conjunta por poseer ciertas características o atributos similares o idénticos. Un sindicato es un grupo social; pero el conjunto de los trabajadores que ganan más de US $ 1,75 por hora constituye meramente una categoría estadística (que puede ser, sin embargo, sociológicamente importante). Una familia, un club social, un grupo de amigos que se frecuentan, una organización de negocios, una nación, etc., pueden ser considerados como grupos sociales. Los poseedores de aparatos de televisión, el público que asiste a los cines, los ardientes entusiastas del "baseball", los cultores del "hot jazz", los ávidos lectores de novelas policiales, constituyen categorías sociológicamente importantes.

Estas categorías, como tantas otras, son objeto de considerable interés y atención sociológicos. Podríamos, por ejemplo, querer explicar por qué la gente posee ciertos atributos o se dedica a determinadas actividades. ¿Qué factores distinguen a los lectores de novelas policiales de los de aventuras de "cowboys", o a los dueños de aparatos de televisión de quines no los tienen? Al responder a estas preguntas será frecuentemente necesario considerar la naturaleza de los grupos a que pertenecen los individuos de que se trata. Podremos indagar qué diferencias provoca un atributo en especial; por ejemplo, ¿cuáles son las consecuencias de la lectura de novelas policiales o de ver televisión? La respuesta a esta clase de preguntas incluirá, en parte, la importancia de estos atributos para la estructura y funcionamiento de diversos grupos sociales. Para un determinado pinto de vista, la explicación de aquellos atributos que suministran la base de categorías, estadísticas, depende de su función en la vida de algún grupo. Un interés compartido por el "baseball", el "hot jazz" o por las novelas policiales, puede constituir uno de los lazos que mantiene unido a un grupo de amigos. El respeto por las proezas físicas puede ser la base sobre la cual ciertos grupos de adolescentes eligen a sus jefes y portavoces. Una entrada de más de US $ 10.000 puede permitir a algunas personas ganar posiciones sumamente honrosas en una comunidad. En algunos casos, por supuesto, la posesión de atributos comunes o similares puede ser la base sobre la cual se forman grupos sociales: los cineastas pueden formar clubes, los obreros fabriles sindicatos, y los lectores de George Bernard Shaw pueden establecer "Sociedades Shaw".


SOCIEDAD Y COMUNIDAD

El mejor punto de partida para el análisis de los grupos sociales es la consideración del grupo más inclusivo, la sociedad misma. Cuando se la considera más como un grupo que como una trama de relaciones o un sistema de instituciones, la sociedad comprende a todos aquellos que "comparten los elementos y condiciones básicas de una vida en común".

Desde una perspectiva un tanto diferente, la sociedad es un grupo en el cual están presentes todas las instituciones necesarias para la existencia individual y colectiva. Dentro de este grupo que todo lo abarca se podrá encontrar la multiplicidad de los grupos formados por los hombres en el curso de su vida colectiva.

Cuando se considera a las sociedades en función de su situación geográfica, se emplea con frecuencia el término comunidad. Anteriormente este vocablo se refería en especial a grupos pequeños, de gran cohesión: la banda primitiva, el pequeño pueblo, la aldea rural. En cierta medida, esta acepción se ha mantenido hasta el presente, pero el enfoque que tiende a prevalecer es el que considera a la comunidad como un grupo cuyos componentes ocupan un territorio dentro del cual se puede llevar a cabo la totalidad del ciclo vital. Es evidente que este enfoque de comunidad abarca un amplio margen de grupos sociales localizados territorialmente, que van desde la pequeña comunidad rural aislada hasta la comunidad metropolitana, la nación, y en principio, aunque todavía no es un hecho, lo que a veces recibe el nombre de comunidad internacional. Claro está que las comunidades pueden también formar parte de una comunidad mayor, como ser los pueblos, las aldeas, ciudades y regiones que componen una nación. Por otro lado, podemos considerar a estas partes de un todo más amplio como comunidades, por el hecho de que sus componentes se distinguen de los de otras comunidades, y , por el otro, porque dentro de ellas puede desenvolverse talmente el quehacer de la vida humana. Los hombres pueden nacer, criarse, educarse, casarse y procrear, ganarse la vida y divertirse, tomar parte en actividades religiosas y políticas, morir y ser enterrados, todo esto dentro de sus fronteras. La circunstancia de que la vida dentro de una comunidad pueda depender o ser influida en forma decisiva por el mundo que la rodea, no altera el hecho de que muchos aspectos de la existencia humana pueden encontrarse enteramente dentro de sus límites sociales y territoriales.


TIPOS DE SOCIEDADES

Claro está que las sociedades y las comunidades difieren unas de otras en muchos sentidos, grandes y pequeños, como ser en tamaño y complejidad, en sus creencias y prácticas religiosas, formas de organización política y económica, familiar, y en muchos otros. Sin embargo, los sociólogos, casi desde los comienzos de su disciplina, vienen diferenciando repetidamente dos grandes tipos de sociedades de entre toda esta diversidad aparentemente interminable. Herbert Spencer denominó a estos dos tipos militar e industrial, respectivamente. Sir Henry Maine distinguía entre una sociedad basada sobre status y otra basada en el contrato; Ferdinand Tönnies diferenciaba la Gemeinschaft (comunidad) de la Gesellschaft (sociedad); Emile Durkheim contrastaba las sociedades que se mantienen unidas mediante una solidaridad mecánica (segmentos sociales) con las que mantienen su cohesión gracias a la solidaridad orgánica (órganos sociales); Howard Becker identificó los dos grupos como sagrado y secular; y Robert Redfield emplea las categorías de sociedad urbana y sociedad "folk".

En realidad ninguno de estos conceptos describe totalmente o en forma precisa ninguna sociedad particular. Tal como todos estos autores han señalado, las sociedades varían en la medida en que se ajustan a alguna de estas clasificaciones. No hay sociedad que sea de carácter totalmente "folk" o totalmente urbana, completamente militar o enteramente industrial, ni que se mantenga unida solamente por solidaridad mecánica u orgánica. Más bien las sociedades son más o menos sagradas (o seculares), más o menos "Gemeinschaft" (o "Gesellschaft"), están basadas sobre status o bien sobre contrato en mayor o menor medida. Puede decirse que todas estas categorías son tipos ideales, categorías que si bien son de utilidad para el análisis, no describen exactamente ninguna situación concreta. Estos tipos constituyen recursos heurísticos, esto es, conceptos que nos permiten hacer preguntas apropiadas al concentrar nuestra atención sobre aspectos significativos del fenómeno que nos ocupa.

Cada uno de estos pares de categorías llama la atención en forma diferente y con distinto acento sobre aproximadamente las mismas diferencias sociales y culturales. Podemos unir estos diversos contrastes dentro de los conceptos generales de sociedades comunales y asociacionales. Podemos unir estos diversos contrastes dentro de los conceptos generales de sociedades pueden ser comparados en función de los conceptos que ya hemos discutido; instituciones, relaciones sociales, rol y status, organización social y grupo social.

Dentro de una sociedad comunal, el comportamiento está regulado en gran parte por la costumbre; queda relativamente poco lugar para la elección o decisión del individuo. Las múltiples facetas de la vida cotidiana están gobernadas por un complejo sistema de reglas y reglamentaciones que dictaminan, por ejemplo, cuando hemos de comer y dormir, cazar y pescar, rezar y bailar, hacer el amor y permanecer en la abstención. La acción se desliza en forma bastante fluida a lo largo de cauces convencionales. Cuando las mores controlan firmemente la conducta, poca necesidad hay de ley formal. La ley, podríamos decir, forma parte de la tradición; no está codificada o racionalizada, n o ha sido dictada ni puesta en ejecución, sino que, emergiendo de la experiencia acumulada de la sociedad, se incorpora a las costumbres conocidas y aceptadas por sus participantes. E peso de la costumbre no significa, sin embargo, una identidad de conducta entre los hombres. El individuo, tal como lo señalara Redfield, no es una "especie de autómata en el cual la costumbre es el resorte principal... Dentro de los límites establecidos por la costumbre hay invitación a destacarse. Hay una animada competencia y sentido de la oportunidad, y el sentimiento de que vale la pena llevar a cabo lo que la cultura nos mueve a realizar".

Por consiguiente, una sociedad comunal no es otra cosa que una sociedad tradicional en la cual el cambio transcurre con lentitud, en verdad, con tanta, para nuestros ojos modernos, que apenas si parece tener lugar. Cada generación trasmite a la que le sucede la mayor parte de los detallados códigos sociales (algunos siempre se pierden, para darles trabajo a los historiadores y anticuarios) que rigen la conducta y definen los roles que ha de ejercer cada persona. Además, las diversas partes de una sociedad comunal están estrechamente articuladas, encajando unas con otras con un mínimo de fricción o conflicto. Hay una división de trabajo relativamente simple y, en consecuencia, la diferenciación de los roles es limitada. El rol del adulto entre los esquimales Nunivak, por ejemplo, es aproximadamente el mismo para todos los hombres, con cierta diferenciación económica importante es la que existe entre los hombres y las mujeres; sólo el shaman desempeña un rol religioso determinado, y salvo los jefes con autoridad limitada y los viejos que ejercen una dirección extraoficial e informal, no existe una estructura formal de roles políticos. Los roles sociales son, por lo tanto, totales o inclusivos más que segmentarios; incluyen muchos aspectos del comportamiento y no meramente algún segmento limitado de las actividades del individuo.

Como los miembros de una sociedad comunal desempeñan roles inclusivos antes que segmentarios, necesariamente se hallan en interacción mutua dentro de una amplia variedad de contextos. Es así como las relaciones sociales son duraderas, inclusivas, e íntimas o personales. Adquieren una importancia intrínseca más que instrumental; son valoradas (positiva o negativamente) por sí mismas, y no tanto como medios encaminados a la consecución de otros fines. Las expectativas recíprocas de las personas comprometidas en estas relaciones primarias, que es así como se las llama, son difusas y generalizadas; debemos, por ejemplo, vivir a la altura de los patrones de respeto, lealtad, afecto o amor más que limitarnos a cumplir con obligaciones específicamente definidas.

La familia inmediata y a menudeo grupos más amplios de parientes, el pequeño círculo y quizás algunas otras pocas subdivisiones, agitan las asociaciones de grupo en la sociedad de tipo comunal. Puede diversas clases de organizaciones que agrupen personas según sus edades, sexo, o estado civil. Así ocurre que entre los samoanos existe el Fono, la asamblea de los jefes de las familias de la aldea: la Aumaga, organización compuesta por los hombres jóvenes y por aquellos a quienes aún se reconoce como jefe; y la Auluma, una organización laxa de mujeres solteras, de esposas de los hombres que no han llegado aúnan al Fono, y las viudas. No obstante, semejantes grupos son de por sí, frecuentemente, bastante reducidos, y las relaciones entre sus miembros son semejantes a las relaciones entre sus miembros son semejantes a las relaciones primarias características de esta sociedad en general.

En suma, la tradición empapa todos los aspectos de la vida en una sociedad comunal, y el margen de pautas alternas de conducta al alcance de los individuos es muy pequeño. Los roles son más bien totales que segmentarios, las relaciones sociales son personales e íntimas; fuera de la familia existen comparativamente pocos subgrupos dentro de la sociedad. Por último, tala como lo indica Redfield, una típica sociedad comunal es "reducida, aislada, ágrafa y homogénea, con un fuerte sentido de solidaridad de grupo". La concreción más aproximada del concepto de sociedad comunal la hallamos en una tribu prealfabeta o una comunidad campesina aislada.

Las modernas sociedades industriales son de carácter asociacional, aunque dentro de ellas hay variaciones considerables entre las diversas comunidades locales. La gran metrópoli de la sociedad occidental representa el tipo asociacional. Aquí, el imponente dominio de la tradición se ha resquebrajado en gran medida, y la relativa uniformidad de pensamiento y acción ha cedido lugar a una diversidad casi interminable. Quedan pocas creencias, valores y patrones de conducta universalmente aceptados; las mores se han debilitado, y ha surgido la ley formas para regular el comportamiento y regir la relación social. De este modo, el cambio es rápido ; en verdad, la sofisticación y la innovación son sancionadas positivamente en muchos aspectos de la vida. En vez de presentar la apretada integración propia de la sociedad comunal, la sociedad asociacional está débilmente articulada y el sentido de consenso tiende a atenuarse.

La vida en la metrópoli pierde su carácter unitario, cohesivo. La economía y la vida familiar se encuentran aparentemente separadas, la religión suele confinarse a momentos y lugares específicos, en lugar de abarcar la totalidad de la existencia humana; el trabajo y el ocio se distinguen tajantemente.

Una marcada división de trabajo y una proliferación de roles sociales aparecen íntimamente vinculados con esta fragmentación de la trama social. Los individuos deben encajar dentro de una compleja estructura social, en la cual ocupan diversos status y desempeñan muchos diferentes roles que apenas se encuentran, desde su punto de vista, en relación unos con otros. El hecho de que uno sea católico, protestante o judío, no se relaciona (en principio, aunque no siempre de hecho) con la ocupación particular que se tiene; se supone también que el trato que se recibe en una corte de justicia no está influido por las afiliaciones o actividades políticas, los clubes a que se pertenece o la posición económica. El salario de un hombre no cambia por el hecho de que sea soltero o casado, de que no tenga hijos o sea padre de una prole numerosa. Estos diversos roles que pueden desempeñar los hombres, son generalmente de carácter segmentario; están limitados a contextos específicos, confinados a un estrecho círculo de actividades, y comprometen sólo hasta cierto límite la personalidad del actor.

De este modo, las relaciones sociales en la metrópoli tienden a ser transitorias, superficiales e impersonales. Los individuos se asocian con ciertos propósitos limitados, y la interacción social tiende a estar confinada a los intereses específicos que están en juego. "El prototipo de esto es la relación estrechamente contractual entre comprador y vendedor en una transacción del mercado libre, en la cual nada resulta importante con respecto a la relación, salvo las consideraciones sobre precio, cantidad y calidad de la mercancía que se intercambia. Los derechos y obligaciones de las partes son específicos y definidos –ni mayores ni menores que los que se han acordado explícitamente para el caso particular- y el establecimiento de cada relación asociacional no implica otras relaciones sociales entre los participantes". Tales relaciones son esencialmente de orden instrumental, vale decir, no son importantes por sí mismas sino por los objetivos o fines a cuya consecución tienden. Resulta de eso que las posibilidades de fuertes lazos emocionales son menores que en el caso de las relaciones primarias.


ASOCIACIONES Y GRUPOS PRIMARIOS

La magnitud y complejidad de la sociedad asociacional determina el desarrollo de gran número de grupos sociales difer4enciados, además de las unidades familiares que aparecen en cualquier sociedad. Muchos de estos grupos caen dentro de la categoría sociológica de asociaciones (de donde, por supuesto, deriva el término "asociacional"). Las asociaciones son grupos "organizados para la consecución de un interés o grupo de intereses compartidos". Pueden contrastarse con las sociedades o comunidades que incluyen toda la gama de intereses y actividades humanas. Los sindicatos, partidos políticos, academias, clubes de hombres de negocios, de mujeres, sociedades para la prevención de la crueldad contra los animales y contra los niños, para el progreso de la administración, o para la prevención de la delincuencia, son todas asociaciones.

Las asociaciones varían ampliamente en cuanto a su tamaño, campo de intereses, actividades y forma de organización. Sin embargo, muchas de ellas, si no la mayor parte, pueden ser descriptas como grupos secundarios que poseen una organización formal. Sus miembros se reúnen dentro de contextos limitados y con propósitos igualmente estrechos, ya que se han organizado para el logro de intereses específicos. De este modo, las relaciones tienden a hacerse formales e impersonales, mientras que los roles tienden a ser más bien segmentarios que inclusivos, con reglas claramente formuladas que rigen frecuentemente el comportamiento de los miembros. Un ejemplo habitual de organización formal dentro de una asociación, puede encontrarse en la estructura social de una oficina moderna, con su distribución de responsabilidades entre secretarias, dactilógrafas, empleados, gerente, recepcionista, telefonista y otros, con líneas de autoridad y responsabilidad claramente demarcadas, y reglamentaciones más o menos explícitas que recogen el funcionamiento total de la oficina, recogidas generalmente en alguna especie de estatuto.

El grupo secundario puede ser contrastado con el primario, o grupo relativamente pequeño y caracterizado por una íntima asociación "cara a cara". Los miembros no están ligados por obligaciones contractuales, sino por sentimientos comunes y lealtades compartidas; las relaciones son personales e íntimas, lo que permite la espontaneidad, y a menudo son muy duraderas. Las familias y los grupos de amigos son ejemplos bien claros, aunque grupos espontáneos informales pueden encontrarse también en la mayor parte de las asociaciones. Los grupos primarios comparten evidentemente muchas de las características de la sociedad comunal, que puede ser considerada como una forma de grupo primario, o una sociedad en la cual los grupos primarios tienen preponderancia. Los grupos íntimos, apretadamente entretejidos, son primarios en diferentes sentidos. El niño adquiere su personalidad dentro de los confines de algún pequeño grupo íntimo, como también "su temprano y completo sentido de unidad social". Son primarios en el sentido de que pueden encontrarse en cualquier sociedad, ya sea comunal o asociacional, y suministran los contextos sociales y psicológicos más significativos para la experiencia individual.

Muchos grupos primarios pueden caracterizarse como informales. Surgen de una interacción continua durante la cual se desarrollan pautas regulares de conducta y un sentido de identidad que los une. Sin ninguna clase de organización formal (e incluso a veces como reacción contra la organización formal), aparece un estructura de roles y estatus interrelacionados, basada en valores y creencias compartidos. Sus miembros difícilmente serán conscientes de la existencia de un conjunto de expectativas y obligaciones mutuas que constituyen un elemento de esta organización informal. La importancia de tale grupos reside en su carácter espontáneo y su ubicuidad; surgen en toda oportunidad y lugar en que los hombres se hallan en relaciones frecuentes. No sólo pueden encontrarse entre los niños que han llegado a gozar de la mutua compañía y a contar con ella; aparecen también en medio de grupos que, por lo demás, se encuentran altamente organizados: en fábricas y oficinas, en barcos de guerra y ejércitos, en cárceles y dormitorios estudiantiles.


LA DIVERSIDAD DE LOS GRUPOS HUMANOS

Claro está que las diversas categorías que hasta aquí se han analizado -sociedades comunales y asociacionales, asociaciones, grupos primarios y secundarios, organización formal e informal- no agotan la variedad y diversidad de grupos humanos. Muchos grupos no entran totalmente en una u otra de estas categorías, sino que representan aproximaciones que se acercan a los tipos que hemos descripto o distan de ellos. Y de todos nodos, existen otras numerosas categorías que pueden ser empleadas en el análisis de los grupos sociales. Las sociedades pueden caracterizarse como industriales o agrarias, existen clases que pueden ser agregados sociales o grupos sociales. Hay también grupos transitorios, tales como las multitudes o los auditorios con características distintivas. Los grupos pueden ser considerados en función de sus intereses primordiales, para luego ser subclasificados de diversas maneras; por ejemplo, los grupos religiosos han sido divididos según los cultos, sectas, denominaciones, iglesias. Los grupos políticos se pueden dividir en partidos políticos, grupos de interés y grupos de presión, así como también los cuerpos gubernamentales específicos, como legislatura, cortes y organizaciones ejecutivas.

Una exposición acabada de la naturaleza de éstos y otros tipos de grupos no es necesaria ni tampoco posible en este lugar. Es evidente la imposibilidad de considerar en su totalidad todo el arsenal de conceptos sobre grupos en este reducido volumen. Aquellos que se han tenido en cuenta habrán de ser considerados como los más generales y más ampliamente aplicables. Si bien categorías tales como multitudes y auditorios, sectas y denominaciones, o partidos políticos y grupos de presión, enfocan la atención sobre aspectos de la vida social que son apropiados para la consideración de ciertos problemas sociológicos, los mismos son de referencia más específica, y por lo tanto, de aplicación menos general que los conceptos que hemos esbozado. Estos últimos son pertinentes con respecto a una amplia variedad de fenómenos de grupo y pueden, en verdad, ser aplicados en el análisis de muchas otras categorías de grupos. Los sociólogos han analizado la organización formal tal como aparece, por ejemplo, en grupas eclesiásticos, escuelas y universidades, corporaciones, partidos políticos y sindicatos, así como también en el gobierno. El grupo primario ha sido estudiado dentro de contextos tan variados como la industria, el ejército y la marina, los colegios y la comunidad urbana.


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Introducción a la Sociología

Conceptos básicos y aplicaciones

Ely Chinoy

Ed. Paidos, 1971

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