Zygmunt Bauman: Sociología y sentido común (Pensando sociológicamente, 1990)

Pensando sociológicamente

Zygmunt Bauman


Sociología y sentido común

Pensar sociológicamente también se distingue por su vínculo con el llamado “sentido común”. Tal vez más que otras ramas del saber, la sociología ve moldeado su vínculo con el sentido común a partir de resultados que son importantes para su situación y su práctica.

Las situaciones de la realidad social en las que estamos inmersos proporcionan la materia prima para las investigaciones sociológicas. Todos nosotros vivimos en compañía de otras personas e interactuamos unos con otros. En este proceso desplegamos una extraordinaria cantidad de conocimiento tácito que nos permite enfrentar los asuntos de la vida cotidiana. En eso cada uno de nosotros es un actor experto.

Aunque estamos profundamente inmersos en nuestras rutinas cotidianas, inspirados por un saber práctico orientado a los escenarios sociales en los que interactuamos, a menudo no nos detenemos a pensar sobre el significado de lo que hemos atravesado y, con menos frecuencia aún, nos detenemos a comparar nuestras experiencias privadas con el destino de otros, salvo tal vez para tener respuestas privadas a problemas sociales exhibidos para el consumo de los chat-shows televisivos.
La sociología sin embargo se pregunta ¿cómo se entrelazan nuestras biografías individuales con la historia que compartimos con otros seres humanos? Al mismo tiempo los sociólogos son parte de esa experiencia y, por lo tanto, por mucho que quieran apartarse de los objetos de su estudio –las experiencias de vida como objetos “que están ahí”-, no pueden romper por completo con el saber que tratan de comprender. Familia, grupos, redes solidarias, barrio, ciudades, instituciones, y cualquier grupo cohesionado por la interacción humana regular ya han recibido significado e importancia por parte de los actores. Cada término sociológico ya está cargado de los significados que le da el saber de sentido común.

Por estas razones ambas formas de conocimiento –Sociología y sentido común- están íntimamente relacionadas.

Sin embargo es importante trazar un límite entre ambos para conferir a la Sociología de una identidad como cuerpo cohesionado de conocimientos.

Veamos a continuación algunas de las diferencias.

1- La Sociología a diferencia del sentido común, hace un esfuerzo por subordinarse a las reglas rigurosas del discurso responsable. Este es un atributo de la ciencia que se distingue de otras formas de conocimiento, consideradas más flojas y menos estrictamente vigiladas y autocontrolados.

2- Para la mayor parte de nosotros el campo de conocimientos acerca de la realidad social está confinado a nuestro propio universo de vida, es decir a las cosas que hacemos, la gente con que nos encontramos, los propósitos que nos planteamos en nuestras búsquedas y los que suponemos que otros plantean para las suyas, así como el tiempo y el espacio en el que interactuamos corrientemente. En este sentido cada experiencia es parcial y probablemente unilateral.

El campo del pensamiento sociológico es necesariamente más amplio. Parte de la necesidad de agrupar y comparar experiencias desprendidas de una multitud de universos de vida. Intenta con esto revelar las realidades limitadas de las experiencias individuales, así como el complejo entramado de dependencias e interconexiones en el que se encuentran enredadas, un entramado que llega mucho más allá del reino accesible desde el punto de vista de una biografía particular. El resultado general de esta ampliación de horizontes será el descubrimiento del vínculo íntimo existente entre la biografía individual y el más amplio proceso social.

3-Sociología y sentido común difieren en el modo en que cada uno da sentido a la realidad humana en términos de cómo comprenden y explican acontecimientos y circunstancias.

De manera bastante natural, el modo en que pensamos nuestras acciones sirve como modelo para interpretar las acciones de otros. Interpretamos el mundo que se hala a nuestro alrededor con las herramientas provenientes de nuestros universos de vida. En general las personas encuentran difícil aceptar que una determinada situación no es el efecto de acciones intencionales de determinado individuo.

La Sociología se alza en oposición a la singularidad de las visiones del mundo que pretenden, de manera no problemática hablar en nombre de un estado de cosas general. Tampoco da por sentadas formas de comprensión como si estas constituyeran un modo natural de explicar acontecimientos que podrían desgajarse sencillamente del cambio histórico o de la ubicación social en la que tuvieron lugar.

Pensar sociológicamente es dar sentido a la condición humana a través de un análisis de las múltiples redes de interdependencia humana, esa dura realidad a la que nos remitimos para explicar nuestros motivos y los efectos de su activación.

4- Por último el poder del sentido común depende de su carácter autoevidente: es decir de no cuestionar sus preceptos y ser autoconfirmante en la práctica. Esto descansa en la rutina, el carácter habitual de nuestra vida diaria, que modela nuestro sentido común a la vez que es modelada por él. Cuando se repiten lo suficiente, las cosas tienden a volverse familiares y lo familiar es visto como autoexplicativo; no presenta problemas y no puede despertar curiosidad alguna.

En este encuentro con ese mundo familiar regido por rutinas que tienen el poder de confirmar las creencias, la Sociología puede aparecer como un extranjero entrometido e irritante. Al examinar aquello que se da por sentado, tiene el potencial de perturbar las cómodas certidumbres de la vida planteando preguntas que nadie recuerda haber planteado, y aquellos con intereses toman a mal que se las planteen.

Sin embargo por comprensible que sea el resentimiento que genere, la desfamiliarización puede tener beneficios claros. Lo que es más importante, puede abrir nuevas y antes insospechadas posibilidades de vivir la propia vida con otros con más autoconciencia, más comprensión de lo que nos rodea en términos de un mayor conocimiento de uno mismo y de los demás y tal vez también con más libertad y control.

Zygmunt Bauman: Sociología y sentido común (Pensando sociológicamente, 1990)
Zygmunt Bauman: Sociología y sentido común (Pensando sociológicamente, 1990)

Texto extraído del libro

Pensando sociológicamente (1990)

Zygmunt Bauman y Tim May.

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